Estudio Biblico
LA LEY DEL AMOR EN LAS RELACIONES PERSONALES
Desde la ley de Moisés, hasta la primera venida de Jesucristo el pueblo judío aplicaba lo que se conoce como la Ley del talión en las relaciones personales.
Éxodo 21:23 Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
Esta ley muchas personas la aplican hoy en día en sus relaciones; aplican la filosofía “el que me la hace, me la paga”. Sin embargo, Jesucristo nos enseñó que esta ley debía ser reemplazada por la ley del amor. Hoy estudiaremos como aplicar la ley del amor en las relaciones.
Lucas 6:27-42
1. TOME LA INICIATIVA
31. “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también vosotros con ellos.”
Jesús nos invita a tener una posición propositiva en las relaciones con las otras personas. No solo es una invitación a no hacer con otros lo que no queramos que hagan con nosotros, sino también a hacer primero, a sembrar. El creyente en Cristo es quien debe tomar la iniciativa de sembrar en sus relaciones lo que quiere cosechar.
El versículo 37. “no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados” nos explica claramente esta ley de siembra y cosecha. Si yo siembro juicio, cosecho juicio, si siembro condena, cosecho condena, si perdón, recibo perdón.
Si yo quiero cosechar amor en mis relaciones, primero debo sembrar. Yo debo tomar la iniciativa. Si quiero cosechar perdón cuando cometa faltas, debo aprender antes a perdonar cuando me hieran.
Si quiero que me traten bien, con respeto, amablemente, debo yo intencionalmente tratar bien a las personas, respetarlas y ser amables.
Si yo quiero que me ayuden cuando pase por necesidades, debo ayudar a otros en las necesidades que están pasando.
Pregúntese siempre ¿Cómo quisiera que me trataran en esta situación? Tome la decisión de sembrar primero eso que quisiera cosechar.
¿ Se siente usted solo/a porque no cuenta con amistades verdaderas? No espere que alguien le busque para ser su amigo, muéstrese amigo a esta persona.
¿En la relación con su pareja, en que áreas considera usted que se podría mejorar?
· Si es en el romanticismo entonces propóngase hacer algo romántico esta semana para su pareja.
· Si es en el perdón, haga una lista de cosas sin perdonar que usted tiene por ahí guardadas en su corazón y decida perdonar.
· Si es en el respeto, esta semana cambie la forma como se dirige a su esposo (a)
¿En relación con sus hijos?
· Si siente que falta comunicación, propóngase esta semana sacar un tiempo para salir con su hijo (a) a comer un helado, y hablar intencionalmente. Si vive en otra ciudad y la relación se ha tornado lejana, llámelo.
En su relación con sus compañeros de trabajo o estudio.
· Siente que falta amabilidad de parte de alguien? Sea amable con esa persona esta semana.
2. Haga el bien incluso a quien le hace el mal
“27.. Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen”
32. Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué mérito teneis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿Qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
¿Cómo podemos hacer esto, de amar incluso a nuestros enemigos? Jesús nos da un listado de posibles cosas:
· 28. Bendecid a los que os maldicen, Orad por los que os calumnian
· 29. Al que te hiera una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aún la túnica le niegues. 30. Al que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidáis que te lo devuelva
Jesús nos da un contraste, entre lo que nos puedan hacer las personas, y como responder. El sentido de las palabras de Jesús, literalmente no es que nos volvamos sumisos, pasivos, recibiendo de otros el mal y quedarnos callados, sino de hacer el bien a quien nos hacen el mal
Poner la otra mejilla es responder con bien a quien me hace el mal. El mundo enseña que respondamos mal a quien nos hace mal. Pero Jesús nos enseña a hacer el bien a quien nos hace el mal.
Amar incluso a nuestros enemigos es una muestra de que somos hijos de Dios, y esta acción trae recompensa a nuestra vida
35. Amad , pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada, y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
En algunas ocasiones, incluso esas personas que nos tratan mal, seguirán tratándonos así a pesar de que los tratemos amablemente; pero debemos recordar que la recompensa viene de Dios.
Pablo nos lo explica muy bien en Gálatas 6: 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
Debemos hacer el bien a todos, incluso aquellos que nos tratan mal.
¿Hay personas a su alrededor que habla mal de usted a sus espaldas? Decida no hacer lo mismo, por el contrario, hable bien del delante de otros.
¿Hay personas que le está haciendo la vida difícil? Esta semana dedique un tiempo para orar por ellos y bendecirlos.
Cuando alguien le hable golpeado (incluso algún ser amado), no responda un tono mas arriba, sino uno mas abajo.
Cuando alguien le hiera con las palabras, cuide las suyas. Piense antes de hablar, no hable guiado por la ira, porque dirá cosas de las que después seguramente se arrepentirá.
3. No juzgue.
37. “no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados”
Un error común que cometemos es juzgar a los demás. Juzgar es realizar una afirmación de alguien en alguna situación. El mandato es simplemente a No Juzgar.
Juzgamos a otros cuando creemos que es una persona mala por como viste, o por su apariencia.
Juzgamos a otros cuando por ejemplo no saludan amablemente. Realmente no sabemos que situación está enfrentando, y como eso le está afectando su ánimo.
Juzgamos a otros cuando creemos que alguna situación difícil es por causa de algún pecado.
Supongamos que una persona que vive en la calle va pasando al lado de nuestra congregación, y siente el impulso de buscar a Dios, y decide entrar. ¿Cuál sería nuestro juicio hacia el al verlo pasar por la puerta? ¿al sentarse al lado mío?
¿Porque no debemos juzgar?
A. Porque en la medida en que juzgamos seremos juzgados
“38. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
B. Porque yo no soy perfecto y debo ocuparme de mis “vigas”.
V41. “Porqué miras la paja que esta en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en el ojo tuyo? O como podes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paga que está en tu ojo, no mirando tu la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
Es en ese proceso de aprender a permitir la transformación de la Palabra en mi vida, que puedo en amor restaurar a algún hermano.
Pablo lo explica mejor en Gal 6:1
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”
El mandato es restaurar, no juzgar.
El criterio para poder restaurar a otro es que:
· yo sea espiritual, es decir, una persona que ha permitido la obra de transformación de Dios a través de su Palabra,
· hacerlo con mansedumbre
· hacerlo considerándome a mí mismo
C. Porque el juzgar no es un fruto de una persona creyente, sino de un inconverso
43. “ No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosecha higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
En las relaciones personales cada persona evidencia el tesoro que hay en su corazón. El creyente en Cristo tiene a el Espíritu Santo morando en su ser, y debería mostrar el fruto del Espíritu Santo en todas las áreas, incluidas las relaciones personales.
¿Que está mostrando de usted la forma como se relaciona con los demás?
6:28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
6:29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
6:30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
6:31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
6:32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
6:33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
6:34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
6:35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
6:39 Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
6:40 El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.
6:41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
6:42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.