Estudio Biblico
“…COMO YO OS HE AMADO”
Una lectura bíblica al amor y la amistad (4)
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” Prov.17:17
Al terminar Septiembre, el que en Colombia se le ha llamado el mes del Amor y la Amistad, y con el la divulgación comercial y las diferentes expresiones de afecto que hemos hecho, nos preguntamos si vamos a seguir siendo conscientes de la importancia que tiene el amor y la amistad para nuestras diferentes relaciones de vida.
Una manera de seguir pensando en ello, es proponernos algunas preguntas que podemos comenzar a contestar: ¿Que hace un amigo? ¿Cómo debe de serlo? Y ¿Cuándo debe de serlo? Son algunas de las que la Biblia se propone contestar:
¿Qué hace?
La biblia a través de este proverbio nos dice que él amigo ama. Muy seguramente aquí encontramos la relación que existe entre el amor y la amistad. Ser amigo, según este proverbio y los que hemos visto, es ser un vecino, un compañero, un prójimo, alguien que vive cercano con los que vive y se relaciona.
¿Cuándo debe de serlo?
Es interesante que la Palabra de Dios nos saca del límite de un solo mes, nos dice que el amigo debe de amar en todo tiempo. Un verdadero amigo es para toda la vida, y en ese sentido todo lo que hagamos por y para nuestros amigos debemos hacerlo teniendo la intención de amarlos.
¿Cómo debe de serlo?
Además de amar y hacerlo en todo tiempo, él es como un hermano. La idea de hermano se puede definir como “estrecho”, es alguien más cercano que un simple colega o compañero, es alguien con quien tenemos vínculos estrechos para la vida.
Sin embargo, aunque el proverbio nos da luz suficiente para estas preguntas, tanto al comienzo como al final se repite la palabra tiempo, añadiendo en la última parte el término angustia…
… Cuando el texto dice que el amigo ama en todo tiempo, está diciendo que es sobre todo en el tiempo de la angustia, en el momento de la adversidad en que se sabe que el amigo lo es verdaderamente, que es como un hermano.
“En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia”. Muchos son los ejemplos que podríamos dar sobre la verdad que encierra este versículo, pero podemos detenernos en el mejor de ellos…
La vida de Jesús y su relación con sus discípulos. El evangelio de Juan nos dice que momentos antes de que Jesús fuera arrestado tuvo una serie de diálogos con ellos, cuenta que en uno de estos les dijo: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” Jn 15:15.
Él vivió una relación tan íntima y cercana con ellos que se diferenciaba de las relaciones utilitaristas de tipo imperial en que vivía la sociedad de aquella época. La relación que él vivió con ellos, fue una relación estrecha, que se caracterizó por la confianza para darles a conocer los asuntos íntimos.
Esta relación de amor que Jesús vivió con ellos fue modelada por el tipo de amor que él vivía con el Padre: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado;” Jn 15:9, y también fue una relación para todo tiempo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos…” Jn 15:13. Hasta el punto de estar dispuesto a morir por ellos y por nosotros.
Ante esta expresión del amor en la relación de la amistad, que vivió Jesús como el más grande y mejor ejemplo de Proverbios 17:17, El Señor les manda a sus discípulos (y nos manda) a seguirla viviendo como él lo hizo:
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado” Jn 15:12