Estudio Biblico
PENSANDO Y ORANDO POR NUESTROS ENFERMOS…
¿Hasta cuándo Señor? Es la pregunta que muchas veces levantamos hacia Dios cuando nos encontramos enfrentando alguna enfermedad, y es la pregunta de muchos en la actualidad. Con esta pregunta además de pedir una respuesta de sanidad a Dios, con ella también estamos diciendo que estamos poniendo nuestra esperanza en Dios como la Única salida.
David en este salmo se encuentra gravemente enfermo, y por ello levanta una petición a Dios, en donde le pide que tenga piedad de él porque en su cuerpo siente que sus huesos se estremecen y en su alma siente mucha angustia hasta el punto que ve venir la muerte. Al sentir cercana la muerte le describe a Dios cómo se siente…
Se siente cansado de sus gemidos, a tal punto que ha llegado a llorar bastante todas las noches. David se siente con dolor físico, siente una pena interior y además, en medio de esta situación siente hostilidad de las personas que lo rodean. ¿Qué hace David en medio de sentirse así?
El encuentra que la única salida es Dios; levanta los ojos a él nombrándolo ocho veces en el Salmo, sabe que la pregunta de ¿hasta cuándo Señor? Tiene respuesta, y efectivamente puede decirle a los que lo hostigan que Dios le ha escuchado la voz de su llanto, su suplica y su oración.
¿Cuántas veces hemos estado en la situación de David y nos hemos sentido como él? Y cuantas veces también le hemos dicho a Dios: ¿hasta cuándo Señor?
En este salmo David nos hace pensar en los que ahora se encuentran con dolor en su cuerpo y angustia en su alma, encerrados en los hospitales y en los cuartos de sus casas inundando en las noches de llanto su cama porque la muerte está cercana, preguntándole a Dios: ¿hasta cuándo Señor? clamando por ayuda y esperanza.
Nosotros que hemos experimentado la respuesta de Dios, oremos como David, tomemos unos minutos para ponernos en los zapatos de ellos para clamar a Dios por la sanidad y salvación de cada persona que se encuentran así.
6:2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada;Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;Sálvame por tu misericordia.
6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti;En el Seol, ¿quién te alabará?
6:6 Me he consumido a fuerza de gemir;Todas las noches inundo de llanto mi lecho,Riego mi cama con mis lágrimas.
6:7 Mis ojos están gastados de sufrir;Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
6:8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
6:9 Jehová ha oído mi ruego;Ha recibido Jehová mi oración.
6:10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;Se volverán y serán avergonzados de repente.