Estudio Biblico
LA PALABRA DE DIOS
ANTIVIRUS DE LA TENTACIÓN (2)
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
Salmo 119:9-11
En el anterior estudio sobre este tema, reflexionamos sobre la oración, dijimos que ella es el antivirus ante la tentación. En momentos de angustia, tristeza y cansancio, como los que experimentó Jesús y su tres discípulos, entre ellos Pedro, el Señor les pidió que oraran para que no entraran en tentación…
Sin embargo, cabe preguntarnos ¿Cuándo vamos a orar, que oramos?
El escritor del salmo 119 se pregunta acerca de la forma en que un joven puede limpiar el camino de su vida. Como un hombre que ha recorrido su vida con Dios, el salmista llega a la conclusión que la única forma es guardando la Palabra que Dios ha dado en las escrituras.
Él salmista ha comprobado que las únicas palabras con las que un joven puede limpiar su vida es con las palabras de la ley, al haberla conocido durante toda su vida, aconseja a los jóvenes a poner toda su confianza en ella, ya que a través de las Escrituras Dios comunica sus misericordias, aunque con ellas también advierte las consecuencias que pueden venir por la desobediencia.
Por todo lo que las escrituras implican para la vida, aunque ya es un adulto y maestro, sigue clamando a Dios que no lo deje desviar de sus mandamientos, porque su propósito sigue siendo no pecar contra él.
Como podemos ver, después de enseñar a los jóvenes en el V 9, en los siguientes dos versículos el salmo aparece como una oración, en la que, ante el peligro de pecar contra Dios, le pide a que no lo deje desviar de sus mandamientos porque sabe qué guardarlos en su corazón lo protegerá de caer en la tentación.
Dios nos ama, y por ello nos ha dejado su Palabra para que con ella limpiemos nuestra vida, si es que la hemos ensuciado con el pecado, y si en este tiempo nos sentimos tentados, él espera que lo busquemos con todo nuestro corazón para pedirle que no nos deje desviarnos de ninguno de sus mandamientos.
119:10 Con todo mi corazón te he buscado;No me dejes desviarme de tus mandamientos.
119:11 En mi corazón he guardado tus dichos,Para no pecar contra ti.