Comentario de Matthew Henry | Exodo 5:1-9 | 0 | 1598
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Comentario Éxodo 5:1-9. El desagrado del Faraón—El aumenta las tareas de los israelitas. - Exodo 5:1-9

Estudio Biblico

Vv. 1—9. Dios reconocerá a su pueblo aunque pobres y despreciados y encontrará un tiempo para
defender su causa. Faraón trató con desprecio todo lo que oyó. Él no tenía conocimiento de Jehová,
ni temor de Él, ni amor por Él y, por tanto, se negó a obedecerle. Así, pues, el orgullo, la ambición,
la codicia y el conocimiento político de Faraón lo endurecieron para su propia destrucción. Lo que
pidieron Moisés y Aarón era muy razonable, solamente ir a tres días de viaje por el desierto y eso
para una buena diligencia. Sacrificaremos al Señor nuestro Dios. Faraón fue muy irracional al decir
que la gente hablaba de ir a sacrificar porque estaba ociosa. Así, tergiversó sus palabras para tener un
pretexto para aumentar sus cargas. En el presente encontramos a muchos que están más dispuestos a
culpar a su prójimo por pasar unas pocas horas en el servicio de Dios, apartados de sus negocios
mundanos, que a culpar a quienes dan el doble de su tiempo a placeres pecaminosos. —La orden de
Faraón fue bárbara. Hasta Moisés y Aarón debían cargarse. Los perseguidores se complacen en
despreciar a los ministros y ponerles dificultades. Debía hacerse la cantidad habitual de ladrillos sin
la provisión acostumbrada de paja para mezclar con el barro. De esta manera los hombres iban a ser
cargados con tanto trabajo que, si lo hacían, el esfuerzo los quebrantaría, y si no lo hacían, serían
castigados.

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PASAJE BIBLICO

Exodo 5
5:1 Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

5:2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.

5:3 Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.

5:4 Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.

5:5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.

5:6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:

5:7 De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja.

5:8 Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.

5:9 Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

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