Comentario de Matthew Henry | Genesis 31:22-35 | 0 | 1130
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Comentario Génesis 31:22-35. Labán persigue a Jacob. - Genesis 31:22-35

Estudio Biblico

Vv. 22—35. Dios puede poner freno en la boca de los hombres malos para restringir su maldad
aunque no cambie sus corazones. Aunque no amen al pueblo de Dios, lo fingirán y tratarán de hacer
méritos por necesidad. ¡Necio Labán! ¡Llamar dioses todas esas cosas que podían ser robados! Los
enemigos pueden robar nuestros bienes pero no nuestro Dios. Aquí Labán culpa a Jacob de cosas
que no sabía. Quienes encomiendan su causa a Dios no tienen la prohibición de rogar por ella con
mansedumbre y temor. Cuando leemos que Raquel roba las imágenes de su padre, ¡qué escena de
iniquidad se abre! La familia de Nacor, que dejó a los caldeos idólatras, ¿esta misma familia se
vuelve idólatra? Así es. Parece que la verdad es que eran como algunos de tiempos posteriores, que
juraron por Jehová y juraron por Milcom, Sofonías i, 5; y como otros de nuestros tiempos que
desean servir simultáneamente a Dios y a Mamón. Grandes muchedumbres reconocerán de palabra
al Dios verdadero pero sus corazones y casas son albergues de la idolatría espiritual. Cuando un
hombre se entrega a la codicia, como Labán, el mundo es su dios; y sólo tiene que residir entre
idólatras groseros para volverse uno de ellos o, por lo menos, un favorecedor de sus abominaciones.

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PASAJE BIBLICO

Genesis 31
31:22 Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido.

31:23 Entonces Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad.

31:24 Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

31:25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad.

31:26 Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra?

31:27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa?

31:28 Pues ni aun me dajaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho.

31:29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

31:30 Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?

31:31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas.

31:32 Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

31:33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel.

31:34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.

31:35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

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