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El poder de bendecir - Romanos 8:20
Estudio Biblico
Seis dimensiones del buen liderazgo
El uso correcto de la autoridad o el poder puede alegrar a la gente. En nuestra era, sin embargo, el poder a menudo se ve inmediatamente con escepticismo o desdén absoluto.
Por supuesto, cierto nivel de escepticismo no es completamente injustificado dados los abusos de poder en el mundo. Estos abusos tienen sus raíces en el jardín, donde encontramos ese primer abuso de poder. En Génesis, Dios nombró a Adán y Eva vicerregentes sobre la creación, pero no usaron su poder para honrar a Dios. En cambio, tomaron (un ejercicio de su poder) lo que nunca debieron haber tomado. El mundo ha estado sufriendo por sus abusos desde entonces ( Romanos 8:20 ).
Hoy, cuando nos desplazamos por los titulares, leemos muchas historias de ejecutivos, políticos e incluso pastores que han aprovechado sus posiciones de manera egoísta y poco ética. Como resultado, muchas personas tienden a mirar con recelo a cualquiera que tenga poder o autoridad.
Es absolutamente necesario identificar, desafiar y reprender al liderazgo pecaminoso. Asegura que se atienda a las personas y se honre a Dios. Si bien muchos han lamentado correctamente los abusos de poder y autoridad, no veo una celebración correspondiente de demostraciones piadosas de poder y autoridad. Si queremos cultivar familias, iglesias y comunidades saludables, necesitamos más que reacciones negativas al mal liderazgo; necesitamos una visión positiva y buenos ejemplos.
"Felices son tus hombres"
En 1 Reyes 10 , la reina de Sabá, habiendo “oído la fama de Salomón acerca del nombre del Señor” ( 1 Reyes 10:1 ), quería ver por sí misma si estos informes sobre Salomón eran ciertos. La reina le hace preguntas difíciles a Salomón y sus respuestas la dejan sin aliento. Ella dice,
Era cierto el informe que oí en mi propia tierra de tus palabras y de tu sabiduría, pero no creí los informes hasta que llegué y mis propios ojos lo vieron. Y he aquí, la mitad no me fue dicha. Tu sabiduría y prosperidad sobrepasan el informe que escuché. ( 1 Reyes 10:6–7 )
Ahora escucha lo que dice a continuación: “¡Felices son tus hombres! Dichosos tus siervos, que continuamente están delante de ti y escuchan tu sabiduría” ( 1 Reyes 10:8 ). La reina no solo observa el astuto liderazgo de Salomón, sino que también ensalza la felicidad de su pueblo. El resultado de vivir bajo el sabio gobierno de Salomón es alegría.
Este tipo de florecimiento no se limitó al reino de Salomón, sino que ocurre dondequiera que los líderes piadosos dirijan bien: “Cuando uno gobierna con justicia sobre los hombres, reinando en el temor de Dios, él amanece sobre ellos como la luz de la mañana, como el sol que resplandece sobre ellos. una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra” ( 2 Samuel 23:3–4 ).
Poder que te alegra
¿Hemos estado tan ocupados lamentando el abuso del liderazgo que hemos olvidado el valor del liderazgo? La autoridad y el poder en sí mismos son buenos. De hecho, el poder correctamente ejercido es un camino hacia la alegría. Entonces, podría ser útil pintar una imagen positiva de los usos sabios y buenos de la autoridad. Al presentar algunas dimensiones específicas de tal liderazgo, quiero ayudar a los líderes a liderar de maneras que produzcan alegría y, por lo tanto, brindar ejemplos que sean dignos de elogiar e imitar.
1. HUMILDAD
Los líderes que alegran a la gente no tienen un concepto demasiado elevado ni demasiado frecuente de sí mismos ( Filipenses 2:2–3 ). Es decir, son personas humildes que viven entre la gente en lugar de esconderse detrás de sus privilegios. Los buenos líderes se dan cuenta de que Dios se opone a los soberbios pero da gracia a los humildes ( Santiago 4:6 ). Esto no significa que los líderes sean tímidos o inseguros de sí mismos. En cambio, significa que son conscientes de sus debilidades ( 2 Corintios 12: 9 ), dependen de Jesús ( Juan 15: 5 ) y se inclinan constantemente hacia los demás.
Otra nota para atacar: los líderes humildes unen sus brazos con quienes los rodean. Es decir, los buenos líderes saben que son parte del equipo; saben cómo escuchar, integrar la sabiduría de los demás y buscar puntos ciegos mientras intentan navegar sabiamente en situaciones complejas. En lugar de salir solos para tomar decisiones, los líderes humildes saben cómo trabajar con otros para buscar la sabiduría colectiva a medida que avanzan. No son el tipo de personas que actúan como llaneros solitarios por un tonto sentido de autosuficiencia.
2. SERVIDUMBRE
El líder más grande que jamás haya caminado sobre la tierra vino para servir, no para ser servido ( Mateo 20:28 ). En los Evangelios, Jesús sirve a su pueblo en todo momento. Proporciona vino cuando se acaba en una boda, multiplica el pan y el pescado cuando no hay suficiente para todos, y trae sanidad a los enfermos y quebrantados. Lo más importante es que Jesús sirve a su pueblo al ir a la cruz “para dar su vida en rescate por muchos” ( Mateo 20:28 ). El Rey del reino es un rey-siervo. De hecho, Jesús nos dice: “El que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, será siervo de todos” ( Marcos 10:43–44 ).). Este tipo de servicio no abdica de su llamado a liderar para apaciguar las quejas impías, pero emplea la autoridad para el bien genuino de los demás. Y cuando ese tipo de servicio santo comienza con los líderes, llega a marcar a toda la comunidad del pueblo de Dios a medida que “por amor nos servimos unos a otros” ( Gálatas 5:13 ).
3. CORAJE
Los buenos líderes son valientes. Cuando Dios llama a Josué para que guíe a su pueblo a la tierra prometida, le dice tres veces en cuatro versículos que “sea fuerte y valiente” ( Josué 1:6 , 7 , 9 ). La idea de coraje no significa una falta total de miedo. En cambio, el líder valiente puede tener ataques de miedo, pero hace lo que debe hacerse a pesar del miedo. Recuerdo estar una vez entre mis hijos y un perro feroz. Sentí cierto nivel de miedo, pero como amaba a mis hijos, superé ese miedo y me mantuve firme.
A veces, los líderes valientes tendrán que tomar decisiones difíciles e impopulares. Cuando se enfrenta a decisiones difíciles, aunque el miedo asoma la cabeza, el líder valiente sigue adelante y cumple con el llamado que Dios le ha dado.
4. MENTE SOBRIA
Joe Rigney ha descrito la sobriedad como claridad de mente, estabilidad de alma y disposición para actuar . Esta descripción de la sobriedad se cruza un poco con el último punto. Los líderes valientes están listos para liderar. La sensatez agrega los componentes de la claridad de la mente y la estabilidad del alma. Cuando las personas son dirigidas por alguien que ve los problemas con claridad y soporta la oposición con resiliencia, ellas mismas están mejor preparadas para enfrentar los desafíos del día. La sobriedad es la imagen de un hombre sentado cómodamente en su silla, enfrentando una avalancha de críticas por sus decisiones o desafíos a sus ideas, y en lugar de empujarse hacia adelante, permanece calmado y con autocontrol. Él sabe quién, y de quién, es él. Y está listo para actuar. Después de todo, Dios llama a los líderes a liderar.
Si alguna vez tiene la oportunidad de vivir una situación de combate activo (yo la tuve), se alegrará de tener líderes que piensan con claridad, se mantienen firmes y actúan con valentía en el momento.
5. FIDELIDAD
Una de las mayores necesidades en nuestro mundo de hoy son los líderes que son simplemente fieles. No están tratando de hacerse famosos o liderar la próxima revolución. En cambio, simplemente quieren llegar al final y escuchar: “Bien, buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel; Te pondré sobre mucho. Entra en el gozo de tu señor” ( Mateo 25:23 ).
Una vez, alguien describió a un amigo fiel en mi iglesia como alguien que tenía una “alta proporción de decir/hacer”. En otras palabras, si dice que hará algo, puede estar seguro de que lo cumplirá. Las personas serán más felices cuando los líderes hagan lo que dicen que harán de manera constante.
6. ALEGRÍA
Por último, el liderazgo verdaderamente bueno está marcado por la alegría. No quiero decir que estos líderes sean alegres o superficialmente felices. Saben llorar cuando la gente llora, tomar decisiones difíciles cuando necesitan tomar decisiones difíciles y, sin embargo, también reír y sonreír cuando el mundo parece desmoronarse, porque saben quién tiene el mundo entero en sus manos. Tal vez podríamos decir que estos son líderes seriamente alegres .
Los buenos líderes saben que el mundo está quebrantado, pero tienen un gozo en Jesús que es profundo e inamovible. No importa lo que se les presente, saben que su mayor problema ha sido resuelto por Cristo y que su futuro con Jesús es una realidad fija. Y la alegría de un líder muy a menudo suscita alegría en su pueblo.
Esto es lo que el mundo necesita: líderes que sean servidores humildes y valientes, que sean capaces de recibir con gracia las críticas, que mantengan una mente sobria, que sean fieles y gozosos hasta el final. Si tienes el privilegio de beneficiarte de este tipo de líder, uno que ejerce el poder de una manera que alegra a la gente, entonces celebra esa realidad como un regalo de Dios. Y oren para que Dios multiplique tales líderes en los días venideros.
Jonathon Woodyard
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