Un accidente, la picadura de un animal, una enfermedad, la burla de un compañero, el rechazo por ser obedecer los principios bíblicos, entre otras formas de sufrimiento pueden estar expuestos nuestros hijos y a medida que crecen las formas de sufrimiento se van modificando y como padres no lo podemos controlar, ni evitar, tratar de hacerlo sería demasiado agotador e infructuoso. No hay nada de malo en orar para que Dios proteja a nuestros hijos, de hecho debemos hacerlo, y son incontables las veces que Dios nos ha evitado peligros y nos ha dado buenas noticias, pero eso no quiere decir que no vamos a sufrir, por tanto debemos recordar algunas verdades respecto al sufrimiento, de esta manera no trataremos de evitarlo sino que lo viviremos apropiadamente según la biblia.
1.Dios controla todo, es soberano y tiene un propósito detrás de cada situación.
Enseñarle a nuestros hijos que estamos unidos a Él es fundamental, y que nada nos puede separar de su amor, “ ni nuestros temores de hoy , ni las preocupaciones de mañana” Romanos 8:38-39; en ninguna parte de la biblia se nos ha prometido una vida libre de aflicciones, por eso no debemos enseñar a nuestros hijos a perseguir una vida idealizada en este sentido, pero si hay muchas promesas donde Dios nos sustentará, reconfortará nuestra alma, y no estaremos solos. ( Salmos 23)
2.Adora al Señor en todo tiempo
Es casi que involuntario y espontáneo cantar en momentos de felicidad, sin embargo adorar al Señor a través de cánticos y la recitación de versículos memorizados, obliga a nuestra alma a recordar quien es Dios y su lugar #1 en nuestro corazón, al hacerlo nos inundamos de gozo, paz y esperanza, esa que el mundo no puede comprender, y así podemos avanzar en fe.
Sufrir bien, sufrir correctamente, ser hallados fieles, ser obreros aprobados, intachables, purificados con fuego, probados, son algunas de las expresiones que encontramos en las escrituras, sin embargo hay una que nos puede ampliar nuestra perspectiva, 2 Corintios 4 : 7 Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. 8 Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. 9 La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. 10-11 A dondequiera que vamos, todos pueden ver que sufrimos lo mismo que Cristo, y que por obedecerlo estamos siempre en peligro de muerte. Pero también pueden ver, por medio de nosotros, que Jesús tiene poder para dar vida a los muertos.
Es importante que lo entendamos, y lo enseñemos en nuestros hogares.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.