Manuel Celemin | Juan 10:14 | 0 | 4094
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JESÚS, YO SOY EL BUEN PASTOR - Juan 10:14

Estudio Biblico

INTRODUCCIÓN

Existen dos tipos de personas, los que se comprometen completamente, y los que no hacen más allá de lo exigido. Existen los estudiantes, y los buenos estudiantes; los cocineros, y los buenos cocineros; los futbolistas y los buenos futbolistas ¿Cómo se considera usted en sus diferentes ocupaciones?  Es usted un padre, o un buen padre? Un hijo, o un buen hijo? En la época de Jesús no hubo diferencia; existían los pastores, y los buenos pastores. Jesús aprovechó esta ilustración para enseñarnos que EL ES EL BUEN PASTOR.

Hoy estudiaremos el libro de Juan, capítulo 10. Este pasaje nos enseña que Jesús, el Buen Pastor

1.    CONOCE A SUS OVEJAS

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.

En la época de Jesús, una de las profesiones comunes era la de ser pastor de ovejas. En algunas ocasiones los dueños de los rebaños eran los mismos pastores. Estos pastores conocían cada una de sus ovejas, y puesto que tenía sentido de pertenencia cuidaba cada una de ellas de forma particular. También existían pastores asalariados, contratados por los dueños de los rebaños para cumplir la tarea de pastores; algunos de ellos cumplían su tarea sin mayor compromiso. No conocían las ovejas, para ellos, era un animal más, que ante el mínimo peligro, se podría prescindir.

Jesús se identifica a si mismo como El buen pastor, que conoce a cada una de sus ovejas, y no solo eso, sino que sus ovejas también le conocen a el.

27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

A través de esta ilustración, Jesús identifica a todo el sistema religioso de la época , los falsos maestros, y a los gobernantes como el pastor asalariado. Ellos debían cuidar del pueblo de Israel, y velar por su estado espiritual, sin embargo, a través de los años, llenaron al pueblo de Israel de costumbres religiosas, en vez de alimentar y cuidar el rebaño de Dios, Israel.

¿Cual era la condición espiritual del pueblo de Israel como consecuencia de ello? Mat 9:36 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

Cientos de años atrás Dios ya había demandado a través de Ezequiel algo similar a los líderes religiosos, quienes no pastoreaban correctamente al pueblo de Israel:

Ezequiel 34  Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?

3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas.

4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.

5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.

Como consecuencia a este mal cuidado de los pastores de esa época, Dios a través de Ezequiel promete que el mismo vendrá a apacentar a su pueblo.

11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré.

14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.

15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.

Y esta Palabra se cumplió a través de Jesucristo, quien se identificó como el buen pastor, que viene a cuidar del rebaño, el pueblo de Dios.

Ahora bien, a pesar que el pueblo de Israel siempre se había identificado como el rebaño de Dios, Jesús describe realmente quienes son sus ovejas:

25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

Las ovejas de Jesús somos todos aquellos que hemos creído en El como el hijo de Dios, y hemos aceptado su gracia y perdón de pecados por medio de su sacrificio en la cruz. Jesús dice que sus ovejas le oyen, y le siguen, porque le conocen.

Si usted ha creído en Jesucristo, como el hijo de Dios que murió por sus pecados en la cruz, usted es una oveja de El.

Usted como oveja, cada día debe escuchar la voz de Jesús el buen pastor; esto lo hace a través de la Lectura diaria de la Palabra, y el tiempo de oración con Dios; también lo hace cuando escucha la Palabra a través de la predicación de otras personas; Dios usa diferentes medios para hablarle y pastorearle.

Pero las ovejas no solo escuchan al pastor, sino que le siguen, es decir, le obedecen. Así que cuando usted reciba alguna instrucción de parte de Jesús, obedézcale, ya que solo a través de la obediencia podrá disfrutar de todas las bendiciones que Dios tiene preparado para su vida.

En segundo lugar Jesús, el buen pastor

 2.    CUIDA A SUS OVEJAS

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas. 13 Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. 15 Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Los pastores de la época de Jesús enfrentaban diferentes desafíos al sacar a las ovejas en busca de buenos pastos. Uno de ellos eran las fieras del campo, que  querían esparcir las ovejas, y devorarlas una vez indefensas. Esta era la prueba de fuego, que determinaría si un pastor era un buen pastor o no. Los pastores asalariados, simplemente huían, ante el peligro, o no defendían a las ovejas. Los buenos pastores enfrentaban con su cayado a las fieras arriesgando su propia vida.

Hablando de nuestra vida espiritual, Satanás es como el lobo , que quiere esparcir, y devorar a el Pueblo de Dios; también tenemos otros lobos, como son los falsos maestros y falsos profetas de esta época, y todas las falsas ideologías que se han levantado para separarnos de Dios, sin embargo nosotros estamos bajo el cuidado del Buen Pastor, Jesucristo. Este buen pastor literalmente entregó su vida por nosotros en la cruz, para que nuestra vida no se perdiera bajo la potestad de satanás y el pecado. Por su sacrificio en la Cruz nosotros tenemos vida eterna.

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre

Jesús el buen pastor entregó su vida como un sacrificio por nosotros, de forma voluntaria, y por su sacrificio usted y yo hemos sido perdonados de todos nuestros pecados, declarados como personas justas, reconciliados en nuestra relación con Dios, y rescatados del reino de satanás.

Podemos estar seguros bajo el cuidado de Jesús, ya que nada ni nadie arrebata una oveja de su mano.

28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.

No solo estamos en las manos de Jesús, sino del Padre también; y no hay nada ni nadie mayor que El, que pueda abrir esa mano, para sacarnos de allí.  Como nos enseña Pablo en Romanos, nada ni nadie nos apartará del amor de Dios. Satanás y el mundo intentará apartarnos de diferente manera, enfermedades, ataques, pruebas, pandemias, pero nada nos separará de Dios y su amor.

¿Qué situaciones difíciles está enfrentando? ¿Qué  valle de sombra de muerte está atravesando? Hoy es un buen día para recordar que

Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

 
En tercer lugar Jesús el buen pastor,

 3.    EXTIENDE SU REBAÑO

16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Jesús reconoció que habían otras ovejas que no eran del pueblo de Israel, pero que El iba a llamar a ser parte de su rebaño. Si bien, el ministerio de Jesús inicialmente fue centrado en el pueblo de Israel, el envió a sus discípulos a evangelizar a todas las naciones del mundo. A través de Jesucristo, entonces, cualquier persona que crea en El, sin importar su raza, idioma, o color de piel será agregado al pueblo de Dios, su rebaño.

Siempre habrá espacio para una oveja más en el redil de Dios, y Dios llama a sus ovejas a  traer más ovejas.

¿Cómo podemos involucrarnos con Jesús en la tarea de extender el redil? Podemos hacerlo Evangelizando y discipulando a nuestros amigos, familiares, vecinos. Estas personas son ovejas que requieren el cuidado del buen pastor. En este sentido, toda oveja tiene el privilegio de ser cuidada por Jesús, pero la responsabilidad de traer nuevas ovejas al redil.

El llamado de Jesús también es a que las ovejas se cuiden entre ellas. Miremos las palabras de Jesús a Pedro antes de volver al cielo.

Juan 21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.

16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.

17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Pedro asumió con responsabilidad este llamado a cuidar otras ovejas, y aprendió del maestro también a ser un “buen pastor” y nos dejó algunas instrucciones al respecto:

1 Pedr 5:2-3 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

Cuando usted evangeliza y discipula a alguien, Dios le encomienda que cuide de esa persona;   tal vez usted no sea pastor en la iglesia, sin embargo, Dios espera de usted como discipulador este pendiente de esta persona, lo llame constantemente, le enseñe los primeros pasos en el evangelio, y le acompañe en el crecimiento espiritual.

Si usted es líder de algún grupo, o ministerio, o hace parte del consejo pastoral, Dios también espera de usted que lo imite a El como buen pastor. El espera que usted sea diligente en conocer el estado espiritual de las personas que tiene a cargo; también que se prepare en el estudio de la Palabra, para que cuando deba alimentar a otros a través de la enseñanza de la biblia, lo haga con denuedo y fidelidad; y que a través de su testimonio de vida, sea un modelo digno a imitar.

Hoy aprendimos que Jesús es el buen pastor, quién nos conoce, nos cuida, y nos llama a extender su rebaño siguiendo su ejemplo.

 

 

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