Estudio Biblico
LOS AMIGOS HIEREN CON VERDAD
Una lectura bíblica al amor y la amistad (3)
“Mejor es la reprensión franca que el amor encubierto. Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo”
Prov. 27:5-6
Cuando éramos niños y jugábamos con nuestros amiguitos era muy natural que les dijéramos lo que pensábamos cuando algo nos disgustaba, era fácil pelear así como al rato reconciliarnos y seguir jugando. Sin embargo, algo nos pasó cuando nos hicimos grandes…
Es interesante notar que siendo adultos no nos decimos las cosas que nos molestan con tanta naturalidad, y también es algo que nos pasa con los más cercanos, con aquellos que llamamos nuestros amigos…
… Algunos llaman a esta actitud respeto, otros más sinceros lo llaman temor a no herir, llámese como se llame, parece ser que le tenemos miedo a decir lo que no es tan bonito, algo así como un miedo al conflicto. Con todo esto, nos encontramos confundidos en cómo vivir una verdadera amistad.
Cuando somos adultos forjamos relaciones con personas que llamamos compañeros de estudio o de trabajo, luego, cuando tenemos a nuestro lado las personas que hace el mismo oficio, los llamamos colegas, y a todas estas llamamos amigos.
Pero estas relaciones se caracterizan simplemente por el estudio y trabajo, cosas y espacios que tenemos en común, los cuales también se convierten en los intereses que atraviesan este tipo de relación.
En estos tipos de relaciones pocos se convierten en verdaderos amigos, puesto que solo cuando dejamos que el interés mayor no sean las cosas y los espacios, sino las personas, es que podemos experimentar una verdadera amistad.
De esto nos habla el proverbio de hoy. Al devolvernos esa virtud que teníamos cuando éramos niños: El valor de la franqueza como verdadera expresión de un verdadero amigo.
En medio del temor al conflicto y el respeto por el otro, expresiones que tanto valoramos hoy, la biblia a través de este proverbio nos enseña que es mejor la reprensión franca que el amor encubierto…
… Cuando no les comunicamos a nuestros amigos los errores en los que están cayendo, los estamos dejando abandonados en sus equivocaciones, aunque digamos que les amamos.
Ser franco con ellos, es decir, decidir hablar y no callar, dice el proverbio, va a implicar herir a esos amigos que tanto amamos. Pero advierte que son heridas fieles, que por duras que sea la verdad que les comuniquemos, es mejor que esas relaciones que simulan ser amigos pero que en realidad de manera hipócrita hablan por detrás.
Las personas que hoy tenemos a nuestro lado, y que llamamos amigos, son regalos que nos han dado los días en los que hemos andado; esos que nos han quedado del barrio, colegio, universidad y del trabajo, esos con los cuales hemos podido profundizar un poco más, a esos son los que debemos de cuidarles las espaldas de este mundo hipócrita, diciéndoles siempre la verdad.
27:6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.