Estudio Biblico
EL AMOR: CORAZON DE LA MISIÓN
Lucas nos cuenta lo que aconteció cuando aún Juan el bautista bautizaba. Nos dice que Jesús también vino para ser bautizado y que cuando estába saliendo de las aguas ellos vieron como se abrio el cielo y como el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma, pero también nos dice que escucharon una voz del cielo decirle a Jesús: “tú eres mi hijo amado en quien tengo complacencia”
El evangelio de Lucas nos cuenta que mientras Juan estaba bautizando al pueblo para prepararlos para el perdón de los pecados a través de Jesús, nos dice que Jesús vino de Nazaret de Galilea al Jordán para ser bautizado por Juan. ¿Por qué Jesús viene para ser bautizado si él no necesitaba ser perdonado de nada?
El autor del Libro de hebreos refiriéndose a Jesús nos cuenta que él fue tentado en todo según nuestra semejanza pero sin pecado (He 4:14-15). El texto nos deja ver a Jesús caminando en medio del pueblo, viviendo y viendo las realidades en las que se encontraban. Se identifica y se hace como uno de ellos en estas condiciones como también en el bautismo.
¿Porque vino el Espíritu Santo sobre él como Paloma y porque le dice “tú eres mi hijo amado en quien tengo complacencia? El texto bíblico nos dice en Jn 1:33 que era una señal que Dios le había prometido a Juan el bautista, pero también porque era la promesa del Mesías dada en Isaías 61:1-3 a todos los israelitas. Así el Espíritu Santo estaría sobre Jesús para traerle esperanza al pueblo.
El pueblo se estaba preguntando quien era el Mesías (Lc 3:15) pues ellos confiaban que él seria quien les daría esperanza en medio de las precarias condiciones en las que estaban. Jesús viene, es bautizado y allí también se escucha la voz del Padre que le dice: “tú eres mi Hijo amado en quien tengo complacencia”
Jesús es manifestado ahora como Mesías. El niño que fue concebido por el Espíritu Santo, que luego fue llenándose de la sabiduría de Dios y que luego reconoce el templo como la casa de Su Padre; ahora es su Padre quien lo afirma, le dice que él es su hijo, que es amado y que en él se complace; que él está aprobado para la tarea, la tarea de dar esperanza a la gente para la cual se hizo semejante.
Pero en medio de esta tarea aparece el amor. El contenido de la relación del Padre con su Hijo es de Amor, y es en medio de este tipo de relación que él hace la misión. Esta relación mediada por el amor fue la que continúo día a día y también fue el contenido que le impulso en su relación con su pueblo en medio de la misión, como nos lo relata Hechos 10:37 al 38:
V37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: v38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Dios a nosotros también nos ha hecho sus hijos, diciéndonos que nos amó de tal manera que a su hijo nos dio Jn 3:16, por ello también nos invita a sabernos hijos amados por él: Nuestro Padre…
Pero Jesús también nos dejó para que como él continuáramos la gran comisión: Nos dijo: “id y haced discípulos…” (Mt 28:17-20) pero nos llamó a hacerlos a la manera de él: Nos ha dejado y dado a su Santo Espíritu para que a través de él y de su Palabra vallamos sabiéndonos y sintiéndonos hijos amados (Jn 13:35)…
Y de esa misma manera como él vallamos dando esperanza: Amando; haciendo toda clase de bien a todo a aquél que lo necesite.
3:22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.