Estudio Biblico
COMO ESPERAR EN EL SEÑOR Y COMO REACCIONAR CUANDO NOS RESPONDE
Lucas hoy nos cuenta de Ana, una mujer de avanzada edad, la cual junto al resto del pueblo de Israel esperaba la promesa del redentor que Dios les había prometido, ella lo esperaba, y lo hacía no apartándose nunca del templo, sirviendo allí con ayuno y oración de noche y de día, como lo hacían muchos más de las doce tribus de Israel (Hechos 26:6-8) y que cuando vio a Jesús y que él era el cumplimiento de esta promesa tan esperada, dio gracias a Dios y hablaba de él a todo los que como ella lo anhelaban.
Es interesante la manera como Ana esperaba al Señor Jesucristo y la manera como reacciono cuando vio cumplida en Jesús sus esperanzas. El era la promesa de consolación que Dios le había hecho al pueblo de Israel y por ello lo aguardaba no apartándose nunca, orando y ayunando, y cuando él llego, reacciono dando gracias a Dios y contando a todos de Jesús.
El Señor Jesús ya vino y cuando lo hizo nos acercó el reino de Dios, reino donde él gobierna con paz y justicia, en la oración del Padre nuestro nos enseñó que pidiéramos que viniera este su reino mientras él venia por segunda vez a traerlo totalmente.
¿Cómo esperamos la llegada de su reino en cada petición que diariamente lo hacemos? En Ana Dios nos enseña que lo hagamos no apartándonos, orando y ayunando, y ¿Cómo reaccionamos cuando Dios nos responde nuestras peticiones? También imitemos a Ana, dándole gracias a Dios y contándoles a todos de quien es Jesús y lo que él puede hacer en las vidas de quienes esperan en él.
Pues de esa manera, no apartándonos de él ni de la comunidad, orando, ayunando, agradeciéndole y testificando de el, podemos esperarle mientras aguardamos su segunda venida.
2:37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
2:38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.