Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
En Tito 2:3-5 encontramos instrucciones bastante claras del poderoso efecto transformador de un buen matrimonio, y de ciclo en el que nos involucramos, aquellas que empiezan se ven beneficiadas ahora, pero con el pasar de las décadas se convierten en maestras, la pregunta es ¿Qué esperas aprender de aquellas mujeres que llevan por lo menos 10 años de casadas? Y ¿qué quisieras transmitir a otras cuando llegue tu momento?
Podemos encontrar algunos tesoros que nos aporta específicamente el matrimonio y el hogar, entre ellos, el don de la crianza, el don de atender, el don de administrar y el don de la prudencia. Todas aquellas mujeres casadas que nos sirven de inspiración han tenido que superar crisis y pruebas de las que han sabido sacar lo mejor para la gloria de Dios y se han convertido en dignas de imitar. De ahí el refrán que dice las “palabras motivan pero el ejemplo arrastra”.
Yo tengo ya tengo en mi lista aquellas mujeres que me inspiran, y la lista la encabeza mi suegra, y la puedo ubicar en la categoría de utilizar el don de la prudencia en su matrimonio, puedo resaltar y aprender de ella la nobleza y la capacidad de perdonar múltiples ofensas que recibió mientras llegaba la conversión de su esposo, esa capacidad de predicar sin palabras que unió su hogar y la devoción a Dios para estar firmes, como resultado toda su familia fue salva, y lo que sembró con lágrimas y fe, lo pudo cosechar con mucho gozo en su vejez. 1 Corintios 7:13-14 Y, si una creyente tiene un esposo que no es creyente y él está dispuesto a seguir viviendo con ella, no debe abandonarlo. 14 Pues la esposa creyente da santidad a su matrimonio, y el esposo creyente[d] da santidad al suyo. De otro modo, sus hijos no serían santos, pero ahora son santos.
También puedo recordar a Teresita, una señora que tenía poca formación académica pero su capacidad para criar, específicamente el de recordar detalles como los gustos gastronómicos de cada miembro de su familia, hacía de su hogar un lugar agradable, al que todos querían regresar, incluso si llegabas sin ser invitado o sin avisar, había un plato de comida para ti, no es un secreto que alrededor de la comida se construyen bonitos recuerdos, pero que recuerden lo que mas te gusta o te sirvan algo especial, te hace sentir amado, la mayoría de veces que visitamos a Tere, permanecíamos en su cocina hasta el final, y no en la sala donde usualmente se hace, era tan agradable estar acompañándola mientras cocinaba, que sin ser de su familia, me hacia sentir parte de ella, el amor de Jesús lo sentía en sus manitos tibias mientras me abrazaba, toda mi orfandad se disipaba en esa visita, quisiera ser como ella.
Podría continuar con la Tía Isabel y la tía Carmenza, dos mujeres que se desconocen pero que se parecen tanto, la primera es tía de mi esposo y la segunda es mía, de ellas puedo resaltar el don de atender, su casa es un imán de personas, todos quieren estar reunidos bajo su techo, cualquier excusa es válida, un cumpleaños, una navidad, un matrimonio, un funeral, o un domingo cualquiera, en los pasillos de sus casas hay espacio para los hombres, para las mujeres y para los niños, hay algo para hacer a cualquier hora del día, y mientras estas ahí, no miras el reloj, siempre hay una cama agradable, una ducha refrescante, una mesa amplia y sillas de todos los estilos para que ninguno se quede de pie, incluso sentarse en el suelo es agradable, muchas anécdotas, risas, y juegos de mesa; en cada visita aprendías una receta nueva y muy fácil, por supuesto son mujeres que inspiran mi vida, gracias a Dios por bendecir mi vida con la experiencia de mas de 20 años de practicar el arte de atender a partir del matrimonio.
Y finalizo con el don de administrar, y mi amiga Amalia, se ha vuelto un crack en ello, puedo resaltar su contentamiento y visión, su capacidad para comprar lo que realmente necesita y vivir de acuerdo a sus posibilidades, su tenacidad para huir de las deudas, la generosidad con los necesitados y su hábito de promover e invertir en nuevos talentos, emprendimientos y viajes que generen experiencias con impacto y aprendizaje en su familia. En un mundo donde muchos alimentan apariencias con deudas, ella brilla administrando sabiamente los bienes que poco a poco ha construido con su esposo y a ejercer influencia con sabiduría, enseñándome el maravilloso arte de trabajar en equipo y ser humilde al apropiarse de la visión que Dios le muestra a su esposo apoyándolo en todo, también puedo decir que en muchas oportunidades Jesús me ha alentado a través de sus consejos, eso la hace para mí, una mujer digna de imitar y su matrimonio también.
Todas estas mujeres podrían hablar con seguridad de un antes de y después de el matrimonio, la vida en pareja, la crianza y todos los desafíos han sacado lo mejor de ellas, todo esto sería imposible sin la intervención divina, invitándonos a los recién casados a seguir esas huellas para la gloria de Dios.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.