“El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del señor” (Proverbios 18:22)
Más allá de la edad de los hijos, nunca es demasiado temprano para empezar a preparar sus mentes y a priorizar tus oraciones para que incluyan a sus futuras familias.
Una de las cosas más importantes debería ser pedirle a Dios que guarde y prepare a tu hijo para transformarse algún día en un maravilloso cónyuge piadoso, y para que encuentre alguien así. Todos sabemos lo importante que puede ser la decisión matrimonial de una persona. Esta relación tendrá un impacto único en su trayectoria de vida. Puede transformarse en años de paz, gozo y celebración o en décadas de sufrimiento y limitaciones.
En todo matrimonio, la fe y la unidad de las generaciones futuras penden de un hilo. Aquí es donde interviene el amor de un padre. Antes de tiempo. Mirar hacia el futuro matrimonio de tu hijo supone, en primer lugar, oración estratégica. Comienza a orar ahora para que tus hijos crezcan, busquen y se casen con mujeres cono la de Proverbios 31, y que tus hijas atraigan y se casen con hombres como el del Salmo 112.
Enséñales a mirar más allá del encanto y el atractivo exterior, y a buscar cónyuges que tengan un corazón puro, sabio y sincero, y que amen a Dios y sean leales a El por sobre todas las cosas. Además, para preparar el corazón de nuestros hijos para el santo matrimonio, hace falta otra cosa: proteger la santidad de su pureza. Tanto con instrucción como con tu ejemplo. Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que el amor verdadero es paciente, busca lo mejor de Dios y protege el honor de os demás, así como el futuro lecho matrimonial.
Orar y preservar la inocencia y el honor de tus hijos, cuidar a qué los exponemos y desalentar relaciones de noviazgo prematuras, antes de que estén en una edad de posibilidades de casarse…todos estos son pasos amorosos y precavidos que pueden dar los padres para ayudar a los corazones jóvenes a permanecer puros y preparados para un éxito a largo plazo en el altar.