Un llamado a la fidelidad - Oseas 4:1-2

En la Biblia existe una gran historia de amor de una persona llamada: Oseas. Con esta historia quisiera ilustrarles uno de los cuadros más hermosos del amor de Dios porque Oseas tuvo que experimentar en carne propia el DOLOR que el pueblo de Israel le estaba ocasionando a Dios.

¿Pero qué sucedía en esos tiempos para que su pueblo le estuviera causando mucho dolor al Señor? La nación estaba gozando tiempos de grande prosperidad, pero así como prosperaban toda la nación entró en una decadencia moral y espiritual. Aun sacerdotes (o los que guiaban el pueblo a Dios) se corrompieron y se gozaban con los pecados del pueblo porque así aumentaban sus ganancias. Había adulterio, idolatría y no tenían respeto ni amor por Dios, eran orgullosos, mundanos y lo peor apostataron. (Cambiaron de religión).

Hasta que el profeta Oseas no aguantó más tanta infidelidad y les reclama. (Oseas 4: 1-2). Este era el dolor que su pueblo le estaba ocasionando a Él. La infidelidad. Y para ILUSTRAR este dolor el Señor le habla al profeta y le dice lo siguiente:

Oseas 1: 2 NVI: “Ve y toma por esposa una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!” Así que Oseas fue a los barrios más descuidados de la ciudad en busca de la mujer que se iba a convertir en su esposa. Y tomó por esposa a Gomer, una prostituta, una mujer QUE NO MERECIA SER AMADA. Pero Oseas, en obediencia a Dios, la sacó de esa oscuridad, se la llevó a su casa, la limpio, y no solo la limpio sino que la amó, le perdonó su pasado, le ofreció un futuro seguro, la embelleció con sus palabras y creyó en ella. ESTE ES EL CUADRO DEL AMOR DE DIOS HACIA NOSOTROS.

Cuando estudie esta historia del amor de Dios reflejada en la vida de Oseas y Gomer mi corazón no paraba de llorar. Sentí el corazón de Dios como nunca antes lo había sentido, sentí que me metí en el corazón de Dios, pude experimentar su dolor, su amor por los que están perdidos. 

Por esta razón amo servirle a Dios porque el Señor ha puesto en mi un dolor por los que están perdidos sin Él. Eso sintió Jesús a ver los perdidos Mateo 9: 36 NTV “Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.” Pero al igual que Dios siente dolor, también siente placer. No podemos ignorar las emociones de Dios y Él siente placer cuando lo amamos pero también siente el dolor de ser rechazado.

Tú fuiste creado para el placer de Dios, para su gloria. ¿Sabías eso? La razón principal por la cual adoro a Dios es porque a Él le gusta, le encanta, es lo que más desea. Él experimenta placer cuando lo hago.