DEL DÍA DE LA MADRE A: HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE - Mateo 15:1-9

DEL DÍA DE LA MADRE A: HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE

Hoy es 31 de Mayo, y aquí termina la celebración del mes de las madres, la cual se concentró en un solo día; en esta ocasión, la mayoría de los hijos asumimos la responsabilidad de hacer todo lo mejor para expresarle nuestro cariño a nuestra madre, pero ¿Qué hay del resto de los días del mes y aun del año? ¿Cómo es nuestro compromiso de amor para con ellas?

¿Será que el día de la madre, además de permitirnos tener un tiempo especial con nuestra progenitora, también se nos convirtió en una tradición que nos sirve de excusa para evadir la responsabilidad que como hijos tenemos con ellas?

Algo parecido les ocurrió a los fariseos que confronto Jesús, estos confrontaron a Jesús porque sus discípulos no cumplían con la tradición de los ancianos: La de lavarse los manos antes de comer pan, ante este reclamo él Señor Jesús les hizo otro:  

Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: "HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE MUERA." Pero vosotros decís: "Cualquiera que diga a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado',  no necesitará más honrar a su padre o a su madre." Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición. Mt: 15:1-9 (LBLA)

La tradición que ellos habían construido en torno a la obligación que como hijos tenían con sus padres se basaba en ayudarlos con lo que pudieran y de esa manera creían que era su ofrenda a Dios, además de dejar hasta ahí su responsabilidad de honrarlos.

¿Será que esta también es nuestra mentalidad hacia nuestras madres? Muy seguramente si, ya que la reflejamos cuando  no nos acomedimos a ayudarlas en los oficios de la casa mientras las vemos ocuparse en ellos al llegar del trabajo, y cuando nos cantaletean, les respondemos argumentándoles que ya tendimos la cama o hicimos algo mínimo, mientras ocupamos el tiempo en el Smartphone o en las redes sociales.

Pero cuando ya somos un poco más adultos la historia no es muy distinta, ya que nuestras acciones nos delatan: Esta mentalidad sigue hay: Ver que muy de vez en cuando las visitamos y las llamamos y en lo económico volvemos a decir:

“yo le ayudo con lo que pueda” pensando que con un poquito de dinero ellos se contentan, cuando en realidad para sus necesidades materiales necesitan mucho más, además del afecto que les hace falta y que les damos cuando les permitimos escuchar nuestra voz, tener la alegría de ver nuestro rostro y sentir nuestro abrazo.

Pero ¿qué es eso que nos hace tener esta mentalidad y esta práctica que Jesús crítico a los fariseos y ahora a nosotros?

En todos nosotros existe la naturaleza pecaminosa que nos hace tener una mentalidad egoísta, a tal punto que nos lleva a atentar contra las personas que más queremos: Nuestros padres, en este caso, contra nuestra madre, y aún más, a invalidar el mandamiento que Dios nos ha dado y  atrevernos a remplazarlo por nuestra mentalidad.

¿Qué hacer para verdaderamente celebrarle el hecho de ser madres y agradecerles por todo lo que han hecho por nosotros?

Dios nos conoce y sabe que somos así, que somos egoístas, por eso nos dejó esta tarea como un mandamiento, porque sabía que en nuestra naturaleza difícilmente lo íbamos a hacer, y por ello en nuestra incapacidad egoísta, necesitamos renunciar a esta mentalidad de darles lo que podamos, para abrazar el mandamiento de Dios: “HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE”