LA VOZ DE DIOS ME DA SEGURIDAD EN MI IDENTIDAD - Lucas 4:1-13

LA VOZ DE DIOS ME DA SEGURIDAD EN MI IDENTIDAD

Este texto de Jesús en el desierto siendo tentado tres veces por el Diablo podemos entenderlo desde el contexto del pueblo de Israel en el Desierto, desde el momento antes de iniciar su ministerio y posteriormente cuando Jesús se ha ido y los evangelistas escriben los evangelios…

La narración de las tentaciones hechas a Jesús en el desierto está enmarcada por lo que sucedió en su bautizo y por el inicio de su ministerio mesiánico, que vino después de aquella prueba.

Efectivamente el relato dado por Lucas inicia diciéndonos de donde venía Jesús. Nos dice que venia del Jordán ¿Qué paso en ese lugar? Lucas, así como Mateo nos cuentan que allí Jesús fue bautizado y públicamente afirmado como el hijo amado de Dios y aprobado por él. Jesús acababa de ser afirmado y anunciado públicamente como El hijo amado de Dios aprobado como Mesías.

¿Cómo enfrentaría Jesús dicha tarea mesiánica? ¿Lo haría bajo las expectativas mesiánicas de la gente o a la manera como su Padre Dios quería que lo hiciera?

Efectivamente el relato de la tentación de Jesús en el desierto fue escrito por los evangelistas para responder a las inquietudes que habían de acerca del tipo de mesianismo que la gente creía que Jesús debió haber tenido y que según ellos no tuvo.

Para las personas de la época el Mesías debía haber sido un líder militar y político, alguien que los libertaria, además sería un líder religioso que recrearía las hazañas del pueblo de Israel en su paso por el desierto antes de entrar a la tierra prometida y además se creía que el Mesías seria alguien que se revelaría públicamente desde el pináculo del templo anunciándoles a Israel que su redención había legado.

Los evangelistas cuentan efectivamente que Jesús si fue el Mesías, pero que no lo fue según las expectativas que ellos creían sino desde lo que las escrituras decían y desde la relación que coherentemente él tenía con su Padre.

Los evangelistas narraron que Jesús si era el Mesías prometido pero que precisamente fue tentado a renunciar a esta misión por medio de las tres tentaciones puestas por el Diablo. En ellas el Diablo le dice que pruebe que lo es ejerciendo sus funciones pero de manera equivocada.

En la primera tentación le dice que si él es el hijo de Dios que resuelva su problema de hambre convirtiendo la piedras en pan, en la segunda le ofrece todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos a cambio que se postre y lo adore, y en la tercera, después de citarle un salmo le dice que si es hijo de Dios que se arroje al vacío desde el pináculo del templo.

¿Cómo responde Jesús a dichas tentaciones? En todas ellas lo hace con tres textos del libro de Deuteronomio, pasajes que narran la trayectoria del pueblo de Israel en el desierto. Jesús como Mesías es llevado por el Espíritu de Dios al desierto para ser probado, así como Dios llevo al pueblo de Israel al desierto, y allí en una situación similar de hambre en medio de tan precaria situación decide vivir confiando en Dios.

Luego el Diablo lo tienta a lograr su misión mesiánica de alcanzar toda la tierra pero a cambio de que lo adore postrándose ante él, ante esta posibilidad Jesús responde afirmando su fidelidad y responsabilidad de todo ser humano de adorar solo a Dios.

Finalmente cuando el Diablo lo insta a empezar su ministerio mostrando su poder desde el pináculo del templo, para así llevarlo a desconfiar de Dios como lo hizo el pueblo de Israel en el desierto, Jesús decide confiar que su Padre estaría con él en medio de su tarea de Mesiánica.

Todo este pasaje nos quiere mostrar como Jesús entendió y vivió su identidad de hijo de Dios y por lo tanto de Mesías. El entendió que su identidad ya estaba dada por lo que su Padre había dicho de él y que en las Escrituras ya se le había dado la ética que como hijo debía de tener.

Es interesante ver que hoy el Diablo sigue dándonos una manera diferente a la de Dios para vivir nuestra identidad, contrario a Dios que nos da el derecho de ser sus hijos y en su Palabra nos da la ética para vivir como tal, Satanás constantemente nos lleva a lanzarnos a probar posibilidades para así llegar a ser...

Este es un mundo que se caracteriza por la inseguridad; la mentalidad de hoy nos dice que si de algo estamos seguros es que nada es seguro, y ello implica nuestra identidad. Para ello, diariamente nos dice: Si eres: si eres hombre; fuma, grita, masturbate, acuéstate con… Si eres una mujer hermosa y exitosa; compra y compra, estudia y estudia, compite y compite. Si eres un profesional; trabaja, trabaja, trabaja, compite, compite y consume y si eres un líder; dirige, muéstrate y muéstrate.

Pero contrario al Diablo que nos expone cualquier cantidad de propuestas para legar a ser, con la sola intención de arruinarnos la existencia al hacernos postrar ante él,  Dios nos ha dado la seguridad de ser, de ser creación y en Jesús, su Mesías, nos ha regalado la seguridad de su amor y su perdón.