Comentario de Matthew Henry | Josue 7:10-26 | 0 | 2702
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Comentario Josué 7:10-26. Dios ordena a Josué que hacer. - Acán es descubierto y destruido. - Josue 7:10-26

Estudio Biblico

Vv. 10—15. Dios despierta a Josué para que haga una investigación, y le dice que cuando el
anatema sea quitado, todo estará bien. Los tiempos de peligro y tribulación deben ser tiempos de
reforma. Debemos examinar nuestro hogar, nuestro corazón, nuestras casas, y hacer una búsqueda
diligente para hallar si no hay un anatema, que Dios ve y aborrece; una lujuria secreta, ganancia
ilícita, algún secreto indebido con Dios o con otras personas. No podemos prosperar hasta que el
anatema sea destruido, y arrancado de nuestro corazón y quitado de nuestras habitaciones y de
nuestra familia y eliminado de nuestra vida. —Cuando el pecado de los pecadores queda al
descubierto, hay que dar a Dios su reconocimiento. Con juicio seguro y sin error, el Dios justo
discierne y hará distinción entre el inocente y el culpable; de modo que, aunque los justos sean de la
misma tribu, familia y hogar que los malos, nunca serán tratados como el impío.

Vv. 16—26. Véase la necedad de quienes se prometen guardar el secreto en el pecar. El Dios
justo tienen muchas maneras de sacar a luz las obras ocultas de las tinieblas. También véase hasta
qué punto es nuestro deber buscar la causa de nuestra tribulación, cuando Dios contiende contra
nosotros. Debemos orar con el santo Job, Señor, hazme entender por qué contiendes conmigo. —El
pecado de Acán empezó por el ojo. Vio todas esas cosas hermosas, como Eva vio el fruto prohibido.
Véase lo que resulta de tolerar que el corazón ande en la vista de los ojos, y la necesidad que
tenemos de hacer pacto con nuestros ojos, que si vagan, ciertamente llorarán por ello. Esto salió del
corazón. Los que quieran evitar las acciones pecaminosas, deben mortificar y controlar dentro de sí
los deseos pecaminosos, particularmente la codicia de riquezas mundanales. Si Acán hubiera mirado
esas cosas con el ojo de la fe, las hubiera visto como anatema y las hubiera desechado con temor;
pero al mirarlas con el ojo de los sentidos únicamente, las vio como cosas valiosas y las codició.
Cuando hubo cometido el pecado, trató de ocultarlo. Tan pronto como obtuvo su botín, este se
convirtió en carga, y no se atrevió a usar su tesoro mal habido. Qué diferentes se ven de lejos los
objetos de tentación de cuando ya se han conseguido. Véase aquí lo engañoso del pecado: lo que es
agradable al cometerlo, es amargo en su consecuencia. Obsérvese cómo se engañan los que roban a
Dios. El pecado es cosa muy trastornadora, no sólo para el pecador mismo sino para todos los que
lo rodean. El Dios justo ciertamente recompensará con tribulación a los que trastornan a su pueblo.
—Acán no pereció solo en su pecado. Pierden a los suyos los que abarcan más de lo que es suyo. Sus
hijos e hijas murieron con él. Probablemente le hayan ayudado a esconder las cosas; deben de haber
sabido de ellas. ¡Qué fatales consecuencias siguen, aun en este mundo, al pecador mismo y a todo lo
que le pertenece! Un pecador destruye mucho de lo bueno. Entonces, ¿qué será con la ira venidera?
Huyamos de ella a Cristo Jesús como el Amigo del pecador. Hay circunstancias en la confesión de
Acán, que marcan el desarrollo del pecado, desde su entrada al corazón hasta su perpetración, lo cual
puede servir como la historia de casi cada ofensa contra la ley de Dios, y el sacrificio de Jesucristo.

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PASAJE BIBLICO

Josue 7
7:10 Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?

7:11 Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.

7:12 Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.

7:13 Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.

7:14 Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se acercará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará por sus casas; y la casa que Jehová tomare, se acercará por los varones;

7:15 y el que fuere sorprendido en el anatema, será quemado, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel.

7:16 Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá.

7:17 Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y haciendo luego acercar a la familia de los de Zera por los varones, fue tomado Zabdi.

7:18 Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.

7:19 Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.

7:20 Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho.

7:21 Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.

7:22 Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.

7:23 Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.

7:24 Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.

7:25 Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.

7:26 Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.

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