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COMO AFRONTAR LAS CRISIS ECONOMICAS - Genesis 41:1-57

Estudio Biblico

Autor: Pastor Dionisio Orjuela - Comunidad Cristiana Shalom Ibagué

INTRODUCCIÓN: Cómo está su situación económica? Mejorando?, empeorando? Puede hacer el mismo mercado hoy con la misma platica de hace 6 meses? Cómo está la situación económica de la ciudad, del país, del mundo?

 

En la Biblia, específicamente en Génesis 41, tenemos una historia conocida por la mayoría de nosotros en la que encontramos varios principios que podemos aplicar:

 

1. INTERPRETE LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS. Vs 1-32

 

La expresión señales de los tiempos la he tomado de la que uso Jesús, cuando exhortó a los fariseos porque podían discernir las señales del tiempo atmosférico pero no las de los tiempos proféticos.

 

Evidentemente, José no solamente era un soñador como lo llamaron despectivamente sus hermanos. El tenía el don de interpretar los sueños de otros. La interpretación que dio a los sueños del panadero y el copero del faraón se cumplieron al pie de la letra.

Fue también el único, en toda la nación de Egipto, que pudo interpretar los sueños del Faraón. Y una vez más, tal y como José lo predijo, así sucedió. Leer vs. 53 y 54. 53 “Finalmente acabaron los siete años de cosechas abundantes en toda la tierra de Egipto. 54 Después comenzaron los siete años de hambre, tal como José había predicho. El hambre también azotó a todas las regiones vecinas, pero en todo Egipto había alimento de sobra.

Es necesario tener el don de interpretar sueños hoy para poder afrontar la crisis económica? Qué pasa si no tengo ese don? Hay hoy un don equivalente al que tenía José? Si, el don de Palabra de Sabiduría tal y como es descrito en 1Co.12:7. En qué consiste este don? Es una revelación sobrenatural que nos permite entender la voluntad de Dios en una situación particular y usar los medios divinos para realizarla.

La Palabra de Sabiduría puede venir por medio de una revelación súbita (“un prendérsele el bombillo a uno”), un “conocer”, convencimiento pleno en lo más profundo de nuestro ser  (“yo se que se”), o por la interpretación de un sueño o visión, como ocurrió con José y Daniel en la Biblia por ejemplo.

Para quiénes está disponible ese don? Para todos los creyentes que se someten al control del Espíritu Santo, pues es el Espíritu quien reparte a todos como El quiere. Junto con el don de palabra de sabiduría usted necesita sabiduría de lo alto, para saber qué hacer, cómo y cuándo hacer la voluntad de Dios en medio de una situación específica. Cómo puede usted conseguir esa sabiduría?

Orando: 5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Si hay un tiempo en que usted necesita la sabiduría de Dios para tomar decisiones correctas es este tiempo.

Leyendo, estudiando, meditando y obedeciendo el manual de sabiduría que es La Palabra de Dios. Fíjese cómo en La Palabra encontramos principios que fueron escritos cientos de años antes de Cristo, que tienen que ver con nuestra situación actual, dos mil años después de Cristo. El libro de proverbios abunda en consejos sabios para todas las áreas de la vida, incluyendo el área económica.

Esa sabiduría la consigue usted también al conocer lo que pasa en este mundo. Usted como creyente, no puede meterse como en una urna o burbuja de cristal, aislado y desconectado de todo lo que pasa a su alrededor. Se trata como dicen que dijo un predicador inglés hace muchos años, de tener la Biblia en una mano y el periódico en la otra.

Las señales de los tiempos nos muestran que el mundo está convulsionado en todas sus áreas y que específicamente en lo económico se encamina a una recesión, una de cuyas manifestaciones es la escasez y carestía de alimentos de primera necesidad.

Qué hacer ante esta realidad? Interpretarla a la luz de la Palabra de Dios, no angustiarse, confiar en Dios, buscar su reino, pero mientras tanto hacer lo que está a su alcance. “A Dios orando pero con el mazo dando”.

2. RECUERDE QUE DIOS TIENE LA ÚLTIMA PALABRA. 15 Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. 16 Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.

Me llama la atención la humildad de José. El Tiene aquí en sus manos la oportunidad de salir de la cárcel y de ser promovido a un alto cargo en el imperio más poderoso de la época. Sin embargo, no saca pecho, no se autopromociona, no muestra autosuficiencia, sino que reconoce ante el Faraón que el don que tiene no es de el, sino del Dios a quien ama, sigue y sirve. También la respuesta a la interpretación del sueño viene de Dios. Dios es quien tiene la respuesta propicia.

Dios declaró por medio de José que vendría sobre Egipto una crisis alimentaria. Los expertos en economía están diciendo lo mismo hoy. Usted sabe ya que de acuerdo con Los pronósticos de los economistas se avecina una crisis mundial.

 

Pero al mismo tiempo algo que debe recordar y no olvidar es que Dios tiene la respuesta. La última palabra no la tienen las multinacionales, ni el banco mundial, ni el fondo monetario internacional, ni las naciones unidas, ni Estados Unidos.

Dios habla por medio de hombres e instituciones, pero finalmente es El quien tiene la última palabra. El puede cambiar el curso de la historia o dejarla que siga como en tiempos de José. Lo único cierto es que El está en control de todo y de todos,

Asi que no importa lo agudo o grave de la crisis, usted puede confiar en quien tiene siempre la respuesta. Evidentemente fue Dios quién le dio la interpretación del sueño a José y quien le indicó qué hacer. El lo hará con usted también.

3. SEA PRUDENTE Y SABIO EN LA ADMINISTRACIÓN. Lea vs 33, 38,39

 

33 Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 38 y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? 39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.

 

La solución a la crisis económica, fue un hombre. El método de Dios sigue siendo el ser humano. Necesitamos administradores que sean prudentes y sabios, en quienes habite el ES, que sean entendidos en los tiempos.

 

Que sepan qué hacer en tiempos de crisis. Que sean como aquellos judíos 32 “De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos”.

 

Pero a nivel individual, y de cada familia usted también debe ser esa clase de persona. Padres y madres de familia, prudentes y sabios, patronos, empleados que sepan como capear la crisis actual y prever para el futuro.

Prudencia significa templanza, cautela, moderación, sensatez, buen juicio. Es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. Aplíquela en todas sus decisiones.

Recuerde que usted es simplemente mayordomo, administrador de lo que es y de lo que tiene. El dueño es Dios. Como mayordomo es necesario que sea fiel a quien lo llamó. Que administre bien. Usted necesita sentarse a hablar de este tema con su esposa, esposo, hijos.

Hacer un diagnóstico de la situación y con la sabiduría de Dios comenzar a hacer cambios. Si este es todavía un tiempo de cosecha para usted, de relativa abundancia, aprovéchela, no la deje pasar. Prepárese para el tiempo de escasez. Procure ir saliendo de deudas innecesarias y aprenda a vivir con lo necesario.

Algo que definitivamente usted puede y debe hacer es:

4. AHORRE DURANTE LA ABUNDANCIA. Vs. 34-36

34 “Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. 35 Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. 36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre”.

En una sola frase, la recomendación de José a Faraón y su séquito fue: ahorren la quinta parte de la cosecha de trigo de los 7 años de abundancia. Aprovechen el tiempo de cosecha. No la gasten, ni malgasten toda. Así como el agricultor guarda el mejor grano de la cosecha para la siguiente siembra, ahorre ahora que puede para el tiempo de necesidad.

El ahorro es vital en la vida. Mucha gente vive lamentándose por no haber ahorrado en el pasado, enredados en deudas  en el presente y sin planear para el futuro. 

Recuerde y practique siempre estos principios financieros: Primero: separe el diezmo y la ofrenda que le corresponden a Dios. Hágalo en obediencia y en gratitud, porque Dios ha sido bueno con usted dándole cada día su misericordia, Segundo: Aparte una parte para el necesitado, porque Dios bendice a quien se acuerda del pobre y Tercero: Separe una parte para ahorrar pensando en el futuro.

Dios le mostró a José que debía ahorrar la quinta parte de la cosecha anual, lo que equivale a un 20% de la producción. Ese sería un buen parámetro. Usted haga cuentas y después de separar lo que le corresponde al Señor y cumplir otros compromisos ponga aparte su ahorro.

6 Vé a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; 7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, 8 Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Proverbios 6:6-8 Cuál fue el resultado de este plan de contingencia que el Señor mostró a José? Leer vs. 53-57


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PASAJE BIBLICO

Genesis 41
41:1 Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;

41:2 y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.

41:3 Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;

41:4 y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.

41:5 Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,

41:6 y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;

41:7 y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.

41:8 Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón.

41:9 Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.

41:10 Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos.

41:11 Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.

41:12 Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.

41:13 Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.

41:14 Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.

41:15 Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.

41:16 Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.

41:17 Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;

41:18 y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado.

41:19 Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.

41:20 Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;

41:21 y éstas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.

41:22 Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas.

41:23 Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;

41:24 y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.

41:25 Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.

41:26 Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.

41:27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.

41:28 Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.

41:29 He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.

41:30 Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.

41:31 Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima.

41:32 Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.

41:33 Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

41:34 Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.

41:35 Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.

41:36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.

41:37 El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,

41:38 y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

41:39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.

41:40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

41:41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

41:42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

41:43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

41:44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

41:45 Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

41:46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

41:47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.

41:48 Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores.

41:49 Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

41:50 Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.

41:51 Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

41:52 Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.

41:53 Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.

41:54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

41:55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.

41:56 Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.

41:57 Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.

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