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Debajo de nuestra lucha por la justicia social - Deuteronomio 32:3-4
Estudio Biblico
Durante los últimos cinco años, el tema de la justicia social se ha convertido en una especie de martillo neumático en algunas iglesias, reduciendo congregaciones a escombros, sacudiendo denominaciones e incluso fracturando el compañerismo entre viejos amigos. Se han formado claustros en línea en los que cualquiera a nuestra izquierda debe ser un copo de nieve guerrero de la justicia social o un neomarxista. Y, en otros claustros, cualquiera a nuestra derecha es probablemente un supremacista blanco o un neonazi. Mientras tanto, la mayoría exhausta se siente atrapada en el fuego cruzado, con la esperanza de encontrar un nuevo camino a seguir.
Muchas batallas por la justicia social han llegado a un punto muerto. La gente está atrincherada detrás de sus respectivos influencers, esperando que lancen la próxima bomba de la verdad al otro lado. No voy a volver a entrar en la agotadora refriega que rodea la teoría crítica de la raza, el racismo sistémico, el privilegio blanco, el marxismo cultural, el transgenerismo u otros temas candentes. (Lo he hecho en otros lugares ). Sí, hay conversaciones extremadamente importantes que se deben tener, hay doctrinas falsas altamente seductoras que se deben resistir, y se debe hacer un pensamiento bíblico serio en todos esos frentes, pero quiero llegar a lo que creo que es un tema fundamental debajo de esas preguntas.
En Juan 17 , Jesús ora para que la unidad cristiana entre su pueblo se convierta en una apologética poderosa y visible para el mundo que observa. Lamentablemente, lo que debería ser el hermoso tapiz de la iglesia de Cristo ha sido desgarrado por el tribalismo en muchos lugares. Algunas iglesias (afortunadamente no todas) parecen indistinguibles de la cultura más amplia, andrajosa y magullada por la batalla. Considere, entonces, una propuesta modesta para superar tal cisma y conflicto, una propuesta que podemos resumir en tres simples palabras:
Adora más a Dios.
Creo firmemente que la adoración es el tema debajo del tema, debajo del tema, debajo del tema en nuestras controversias de justicia social. Si todos respiramos hondo y reiniciamos nuestra mirada colectiva en exaltar y disfrutar a Dios como supremo, ¿qué podría pasar? Estoy convencido de que no solo sobreviviremos a este momento cultural polémico, sino que en realidad podríamos prosperar como un pueblo más unido, un pueblo debidamente asombrado que “hace justicia de verdad” ( Jeremías 7:5 ).
La justicia es un asunto de adoración
“¿Qué”, puede preguntar, “tiene que ver la adoración con la justicia?” Hacer justicia es dar a los demás lo que les corresponde. Dios es el Otro último. De ello se deduce que, para el cristiano, la verdadera justicia comienza con dar a Dios lo que le corresponde, adorando al trino, soberano Creador y Sustentador del universo con todo lo que somos.
Cuando Pablo explora una espantosa variedad de injusticias en Romanos 1 , no se conforma con explicaciones superficiales. Él va profundo. ¿Por qué toda la “envidia, el asesinato, las contiendas, el engaño [y] la maldad”? Porque “no le honraron como a Dios ni le dieron gracias” ( Romanos 1:21 ). “Cambiamos la verdad de Dios por la mentira, y adoramos y servimos a las criaturas antes que al Creador” ( Romanos 1:25 ). Mire lo suficientemente profundo debajo de cualquier injusticia horizontal de humano contra humano, y siempre encontrará una injusticia vertical de humano contra Dios, una negativa a darle al Creador la adoración que merece.
Esta tragedia se desarrolla con sombríos detalles a lo largo del Antiguo Testamento (ya lo largo de toda la historia humana después del jardín, para el caso). La esclavitud, el asesinato, la violación, el abuso infantil, el robo y otras injusticias suceden cuando nos inclinamos ante dioses falsos. Si nos negamos a darle al Creador el honor que se le debe, inevitablemente saciaremos nuestros apetitos de adoración con las cosas creadas. Dotamos a los elefantes y burros de un valor último que no se les debe. Como dijo GK Chesterton: “Una vez que abolimos a Dios, el gobierno se convierte en Dios”. La idolatría, adorar las cosas creadas en lugar del Creador, es la fuente cancerígena de todas las demás injusticias.
En busca de la justicia vertical
Si pudiera encuestar a las personas que leen este artículo sobre lo que adoramos, supongo que casi todos marcarían felizmente la casilla "Dios". Pero el corazón es engañoso. Sería ingenuo pensar que nuestros enfoques de la justicia no pueden ser saboteados por nuestros corazones de fábrica de ídolos. ¿Cómo podríamos saber si fuera así? Personalmente, he encontrado útil esta encuesta cuádruple del alma, y creo que confronta y atrae a las personas a la izquierda y a la derecha de los debates sobre la justicia. (Para que conste, he fallado en los cuatro, a menudo varias veces en un día). Si respondemos honestamente y corremos hacia la cruz de Jesús, la iglesia estará en un mejor lugar para buscar la verdadera justicia en nuestros días.
1. La prueba de Imago : ¿Estamos tratando a los oponentes como portadores de imágenes?
Cuando no le damos a Dios lo que le corresponde, comenzamos a tratar a los portadores de su imagen como abstracciones, como enemigos a vencer en un campo de batalla de guerra cultural, o como ejemplos sin alma de sus grupos de identidad.
Agustín intentó resumir toda la ética cristiana con la famosa frase: “Ama a Dios y haz lo que quieras”. Si atesoro a Dios como Dios, ese primer afecto debe recalibrar todos mis otros afectos. No quiero estafarte, explotarte ni oprimirte, ya que eres una imagen viva del Dios que más amo. Ama a Dios, el Otro último, y mostrarás a otros que llevan la imagen de tu Amado la dignidad que les corresponde. Si se devalúa el Original poniendo algo más en su lugar, es más fácil tratar sus imágenes como basura.
Prueba este rápido experimento mental. Imagínese a tres personas con las que no está de acuerdo con respecto a cuestiones políticas y de justicia social. Ahora, uno por uno, piensa este verdadero pensamiento sobre ellos: hechos a imagen de Dios . Imagina sus rostros. Hecho a la imagen de Dios . Uno más por si acaso. Hecho a la imagen de Dios . ¿Es la primera vez que piensas en ellos de esa manera, en lugar de como una némesis en una guerra cultural? Si es así, difícilmente le estamos dando al Dios que dijo “Hagamos al hombre a nuestra imagen” lo que le corresponde ( Génesis 1:26 ). Señor, perdónanos.
2. La prueba roja/azul: ¿nuestras mentes están hiperpolitizadas?
Cuanto más verticalmente injustos nos volvemos, más obsesivamente políticos nos volvemos. Eso es fácil de hacer en estos días. En los últimos seis años, la política ha caído como un balde de tinta en una bañera, coloreando toda la vida de rojo o azul. Incluso las esferas que en su mayoría eran apolíticas ahora están llenas de disputas políticas: deportes, dibujos animados, hornear pasteles, sándwiches de pollo, superhéroes, pajitas de plástico, baños, incluso frases como "golpear a un caballo muerto", "no se puede hacer" y "damas". y caballeros."
Cuando todo se politiza, la política nubla nuestra conciencia y erosiona nuestra vida. ¿Estamos demasiado ocupados desmantelando sistemas para hacer la justicia personal y cercana de jugar con un hijo que merece tiempo de calidad? ¿Pasamos más tiempo en el drama sin sentido de los hilos de comentarios que en el gran teodrama redentor de las Escrituras? ¿Pensamos más en las últimas tendencias políticas que en quién se ha revelado Dios? ¿Estamos más involucrados emocionalmente en los triunfos de nuestros equipos rojos o azules que en el avance del evangelio a cada lengua, tribu y nación? ¿Estamos más obsesionados con matar a los oponentes ideológicos que con el pecado en nuestros propios corazones?
Si es así, entonces no le estamos dando al “Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único Dios” ( 1 Timoteo 1:17 ) lo que le corresponde. Señor ten piedad.
3. La prueba de la justificación: ¿Estamos buscando la justicia aparte de Cristo?
Cuanto más verticalmente injustos nos volvemos, más podemos quedar atrapados en una caída en picada sin esperanza de autojustificación. Imagínese al buscador de justicia en las redes sociales. ¿Cómo podría convertirse la publicación diaria de indignación en línea en una búsqueda equivocada de justificación?
Elizabeth Nolan Brown cita investigaciones psicológicas que indican que el tipo de ultraje moral que normalmente clasificamos como altruista “es a menudo una función del interés propio, ejercida para mitigar los sentimientos de culpabilidad personal por los daños sociales o reforzar (para uno mismo y para los demás) el propio estatus como una muy buena persona.” En resumen, nuestras búsquedas de justicia pueden convertirse en un evangelio falso, una forma de establecer nuestra justicia aparte de la obra de Cristo en la cruz.
Esta constante imputación de culpa a los demás: son los fóbicos y los fascistas; ellos son los copos de nieve y los marxistas— ofrece un sentido subjetivo de bondad, pero difícilmente es algo real. ¿Encontramos nuestro estado moral en Cristo y solo en Cristo, o en nuestras posiciones orgullosas en “el lado correcto de la historia”? ¿Estamos predicando el evangelio a nosotros mismos diariamente? ¿Somos apáticos a la hora de contarles a otros las buenas nuevas de la muerte y resurrección de Jesús, mientras somos siempre celosos de convertir a otros a nuestras causas de justicia? Entonces no le estamos dando al Dios que es “justo y que justifica” a los pecadores ( Romanos 3:26 ) lo que le corresponde. Señor, ten piedad.
4. La prueba del fruto: ¿Es el Espíritu menos evidente en nuestras vidas?
Cuanto más verticalmente injustos nos volvemos, más nos alimenta el resentimiento, la sospecha, la ira, la presunción y asumir los peores motivos de los demás. Oh, qué fácil es para nuestros corazones volver a caer en su modo predeterminado caído cuando surgen cuestiones de justicia social. Qué fácil saltar a conclusiones poco halagadoras sobre los demás.
“Creo que deberíamos habernos refugiado en el lugar”. "¡Así que estás diciendo que amas la tiranía!" “Creo que no deberíamos vivir la vida detrás de máscaras y puertas cerradas”. "¡Así que estás diciendo que odias la ciencia y quieres que mueran más abuelas!" “Creo que el racismo todavía existe y, como cristianos, deberíamos hacer algo al respecto”. "¡Así que estás diciendo que estás en la teoría crítica de la raza y que estás impulsando el marxismo cultural!" “No creo que el racismo sea la mejor explicación para esta disparidad en particular”. “Así que no crees que exista el racismo o que debamos hacer algo al respecto”.
Pintar a otros con la luz más condenable y caricaturesca no es poca cosa. es pecado Viola el segundo gran mandamiento de Dios de amar a los demás como a nosotros mismos ( Mateo 22:39 ). También rompe las prohibiciones divinas sobre la calumnia y el falso testimonio.
Preguntémonos honestamente: ¿Qué está haciendo nuestra búsqueda de justicia en nuestros corazones? ¿Nos está volviendo más desconfiados, más fáciles de ofender y más rápidos para calumniar? ¿Es despojar nuestras almas del fruto del Espíritu de amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, mansedumbre, fidelidad y dominio propio? Si es así, entonces no le estamos dando al Dios que es “misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia” ( Éxodo 34:6 ) lo que le corresponde. Señor, cambia nuestros corazones.
hacia arriba juntos
En el fondo, todos anhelamos algo más hermoso y esperanzador que los espeluznantes campos de batalla ideológicos de nuestros días. ¿Hacia qué lado miramos? Alexander Solzhenitsyn cerró su famoso discurso de Harvard (apropiadamente titulado “Un mundo dividido”) con una buena respuesta a esa pregunta:
A nadie en la tierra le queda otro camino que no sea hacia arriba .
De hecho, en todo el drama lateral de la justicia social, tomemos un respiro y miremos juntos hacia arriba. Recalibremos nuestros corazones. Abre nuestros himnarios. Reunirnos a través de nuestras diferencias. Partir el pan. Lea la palabra. Disfrutar de Dios juntos. Disfruta de su bondad en voz alta y cara a cara. En las palabras de Deuteronomio 32:3–4 , unámonos a los israelitas de antaño:
proclamaré el nombre del Señor;
¡Atribuid grandeza a nuestro Dios!
La Roca, su obra es perfecta,
pues todos sus caminos son justicia.
Thaddeus Williams
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