Comentario de Matthew Henry | Deuteronomio 1:19-46 | 0 | 2356
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Comentario Deuteronomio 1:19-46. Envio de los espías—La ira de Dios por la incredulidad y desobedien - Deuteronomio 1:19-46

Estudio Biblico

Vv. 19—46. Moisés recuerda a los israelitas su marcha desde Horeb a Cades-barnea a través de
aquel desierto grande y terrible. Les muestra lo cerca que estuvieron de establecerse felizmente en
Canaán. Agravará la ruina eterna de los hipócritas el no haber estado lejos del reino de Dios. —
Como si no fuera suficiente que tuvieran la seguridad de su Dios ante ellos, iban a enviar hombres
delante de ellos. Nunca nadie había visto la Tierra Santa, pero debían aceptarla como tierra buena.
¿Había alguna causa para desconfiar de este Dios? En el fondo de todo esto se hallaba un corazón
incrédulo. Toda desobediencia a las leyes de Dios, y la desconfianza de su poder y bondad,
provienen de la incredulidad a su palabra, así como toda obediencia verdadera proviene de la fe. —
Es provechoso que dividamos nuestra vida pasada en períodos distintos; dar gracias a Dios por las
misericordias que hemos recibido en cada uno de ellos, confesar y buscar el perdón de todos los
pecados que podamos recordar; y, de este modo, renovar nuestra aceptación de la salvación de Dios,
y nuestra entrega a su servicio. Nuestros planes rara vez tienen un buen propósito; en cambio, el
valor para ejercer la fe e ir por la senda del deber, capacita al creyente para seguir plenamente al
Señor, para desechar todo lo que se oponga, para triunfar sobre toda oposición, y para asentarse
firmemente de las bendiciones prometidas.

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PASAJE BIBLICO

Deuteronomio 1
1:19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea.

1:20 Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

1:21 Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.

1:22 Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.

1:23 Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu.

1:24 Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.

1:25 Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

1:26 Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios;

1:27 y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

1:28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.

1:29 Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos.

1:30 Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos.

1:31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.

1:32 Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,

1:33 quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.

1:34 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo:

1:35 No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres,

1:36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.

1:37 También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.

1:38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel.

1:39 Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

1:40 Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.

1:41 Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno con sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte.

1:42 Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.

1:43 Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte.

1:44 Pero salió a vuestro encuentro el amorreo, que habitaba en aquel monte, y os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta Horma.

1:45 Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído.

1:46 Y estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.

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