Comentario de Matthew Henry | Daniel 9:4-19 | 0 | 1621
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comentario daniel 9:4-19 Su confesión de pecado y su oración. - Daniel 9:4-19

Estudio Biblico

Vv. 4—19. En toda oración debemos hacer confesión no sólo de los pecados de que fuimos culpables, sino de nuestra fe en Dios y dependencia de Él, nuestra tristeza por el pecado y nuestras resoluciones en su contra. Debe ser nuestra confesión, el lenguaje de nuestras convicciones. Aquí está la oración seria, humilde y devota de Daniel a Dios; en la cual él le da la gloria como Dios temible y como Dios fiel. En oración debemos contemplar la grandeza y la bondad, la majestad y la misericordia de Dios. —Aquí hay una confesión penitente de pecado, la causa de los trastornos bajo los cuales la gente gimió por tantos años. Todos los que deseen hallar misericordia deben confesar sus pecados. Aquí hay un reconocimiento de la justicia de Dios que humilla al yo; y es siempre el camino del penitente verdadero justificar de este modo a Dios. Las aflicciones son enviadas para llevar a los hombres a que abandonen sus pecados y entiendan la verdad de Dios. —Aquí hay una apelación de fe a la misericordia de Dios. Es un consuelo que Dios siempre haya estado listo para perdonar el pecado. 
Da ánimo recordar que las misericordias pertenecen a Dios, como es convincente y humillante recordar que la justicia le pertenece. Hay abundantes misericordias en Dios, no sólo perdón, sino perdones. —Aquí se argumenta el reproche bajo el cual se hallaba sometido el pueblo de Dios, y la ruina del santuario de Dios. El pecado es un reproche para cualquier pueblo, especialmente para el pueblo de Dios. Las desolaciones del santuario son penas para todos los santos. —Aquí hay un ferviente pedido a Dios que restaure a los pobres judíos cautivos a sus privilegios previos. Oh Señor, escucha y obra. No que sólo escuches y hables, sino que escuches y obres; haz por nosotros lo que nadie más puede hacer; y no te tardes. —Aquí hay varios ruegos y argumentos para poner en vigencia las peticiones. Hazlo por amor al Señor Cristo; Cristo es el Señor de todos. Y por Él, Dios hace que su rostro brille sobre los pecadores cuando se arrepienten y se vuelven a Él. En todas nuestras oraciones esta debe ser nuestra súplica, debemos mencionar su justicia, la de su Unigénito. El fervor de fe, confiado y humilde de esta oración debe ser seguido siempre por nosotros

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PASAJE BIBLICO

Daniel 9
9:4 Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;

9:5 hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.

9:6 No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

9:7 Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti.

9:8 Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos.

9:9 De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,

9:10 y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.

9:11 Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.

9:12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.

9:13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.

9:14 Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.

9:15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente.

9:16 Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.

9:17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.

9:18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.

9:19 Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.

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