Palabra Clave: mira

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Genesis 13:14. Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.
Genesis 15:3. Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.
Genesis 15:5. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
Genesis 16:4. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora.
Genesis 16:5. Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo.
Genesis 18:16. Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos.
Genesis 20:16. Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada.
Genesis 26:8. Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.
Genesis 27:27. Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
Genesis 29:32. Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.
Genesis 30:15. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.
Genesis 30:34. Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices.
Genesis 31:2. Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes.
Genesis 31:50. Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos.
Genesis 37:14. E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.
Genesis 37:25. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.
Genesis 38:25. Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. También dijo: Mira ahora de quién son estas cosas, el sello, el cordón y el báculo.
Genesis 39:14. llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces;
Genesis 41:30. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.
Genesis 42:1. Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
Genesis 43:33. Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.
Exodo 3:6. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Exodo 4:21. Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.
Exodo 7:1. Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.
Exodo 10:10. Y él les dijo: ¡Así sea Jehová con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro!
Exodo 13:13. Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos.
Exodo 16:10. Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube.
Exodo 16:29. Mirad que Jehová os dió el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.
Exodo 22:27. Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso.
Exodo 25:20. Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
Exodo 25:40. Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Exodo 31:2. Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;
Exodo 33:8. Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.
Exodo 33:12. Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos.
Exodo 33:13. Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
Exodo 34:20. Pero redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
Exodo 34:30. Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él.
Exodo 34:35. Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.
Exodo 35:30. Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;
Exodo 37:9. Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio.
Levitico 5:9. Y rociará de la sangre de la expiación sobre la pared del altar; y lo que sobrare de la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación.
Levitico 13:3. Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
Levitico 13:5. Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.
Levitico 13:10. Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva,
Levitico 13:15. Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.
Levitico 13:17. y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.
Levitico 13:20. Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso.
Levitico 13:25. el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra.
Levitico 13:26. Mas si el sacerdote la mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días.
Levitico 13:30. el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.
Levitico 13:31. Mas cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña;
Levitico 13:32. y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel,
Levitico 13:34. Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestidos y será limpio.
Levitico 13:36. entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo.
Levitico 13:39. el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.
Levitico 13:43. Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo,
Levitico 13:50. Y el sacerdote mirará la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días.
Levitico 13:51. Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será.
Levitico 13:53. Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero,
Levitico 13:55. Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el revés de aquella cosa.
Levitico 14:36. Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a examinarla.
Levitico 19:13. No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.
Levitico 26:20. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.
Levitico 26:38. Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá.
Levitico 27:33. No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados.
Numeros 16:42. Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová.
Numeros 18:17. Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová.
Numeros 21:8. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
Numeros 21:9. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Numeros 21:20. y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el desierto.
Numeros 23:9. Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré; He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las naciones.
Numeros 23:28. Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el desierto.
Numeros 24:17. Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.
Deuteronomio 1:8. Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
Deuteronomio 1:21. Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.
Deuteronomio 3:27. Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.
Deuteronomio 4:5. Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella.
Deuteronomio 5:25. Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.
Deuteronomio 5:32. Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra.
Deuteronomio 7:16. Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.
Deuteronomio 13:16. Y juntarás todo su botín en medio de la plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada.
Deuteronomio 23:16. Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.
Deuteronomio 24:14. No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades.
Deuteronomio 26:15. Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
Deuteronomio 28:30. Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás.
Deuteronomio 28:38. Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.
Deuteronomio 28:54. El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren;
Deuteronomio 28:55. para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
Deuteronomio 28:56. La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija,
Deuteronomio 28:57. al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
Deuteronomio 30:15. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
Deuteronomio 32:49. Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
Josue 1:9. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josue 6:2. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
Josue 8:1. Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.
Josue 8:8. Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehová; mirad que os lo he mandado.
Josue 8:20. Y los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo, y no pudieron huir ni a una parte ni a otra, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los que les seguían.
Josue 15:2. Y su límite por el lado del sur fue desde la costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur;
Josue 15:7. Luego sube a Debir desde el valle de Acor; y al norte mira sobre Gilgal, que está enfrente de la subida de Adumín, que está al sur del arroyo; y pasa hasta las aguas de En-semes, y sale a la fuente de Rogel.
Josue 22:28. Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.
Josue 24:20. Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien.
Jueces 6:14. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Jueces 7:17. Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo.
Jueces 13:10. Y la mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día.
Jueces 13:18. Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?
Jueces 16:27. Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.
Jueces 18:14. Entonces aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais dijeron a sus hermanos: ¿No sabéis que en estas casas hay efod y terafines, y una imagen de talla y una de fundición? Mirad, por tanto, lo que habéis de hacer.
Jueces 20:40. Mas cuando la columna de humo comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás; y he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo.
Rut 2:9. Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.
1 Samuel 1:11. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
1 Samuel 6:19. Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.
1 Samuel 9:16. Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí.
1 Samuel 12:16. Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos.
1 Samuel 13:18. otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.
1 Samuel 16:7. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
1 Samuel 17:18. Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.
1 Samuel 17:25. Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? El se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.
1 Samuel 24:9. Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?
1 Samuel 24:11. Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.
1 Samuel 25:35. Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.
1 Samuel 26:16. Esto que has hecho no está bien. Vive Jehová, que sois dignos de muerte, porque no habéis guardado a vuestro señor, al ungido de Jehová. Mira pues, ahora, dónde está la lanza del rey, y la vasija de agua que estaba a su cabecera.
2 Samuel 1:7. Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí.
2 Samuel 2:26. Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que el final será amargura? ¿Hasta cuándo no dirás al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos?
2 Samuel 7:2. dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas.
2 Samuel 14:30. Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo.
2 Samuel 15:3. Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del rey.
2 Samuel 15:28. Mirad, yo me detendré en los vados del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso.
2 Samuel 16:12. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy.
2 Samuel 18:12. El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón.
2 Samuel 24:13. Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado.
1 Reyes 7:25. Y descansaba sobre doce bueyes; tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de ellos estaban hacia la parte de adentro.
1 Reyes 17:23. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.
1 Reyes 18:43. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
1 Reyes 20:22. Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.
2 Reyes 2:24. Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.
2 Reyes 3:14. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera.
2 Reyes 6:9. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí.
2 Reyes 6:13. Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán.
2 Reyes 6:20. Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria.
2 Reyes 6:32. Y Eliseo estaba sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un hombre. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su amo?
2 Reyes 10:23. Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.
2 Reyes 19:16. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
1 Cronicas 7:8. Los hijos de Bequer: Zemira, Joás, Eliezer, Elioenai, Omri, Jerimot, Abías, Anatot y Alamet; todos éstos fueron hijos de Bequer.
1 Cronicas 15:18. Y con ellos a sus hermanos del segundo orden, a Zacarías, Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaía, Maasías, Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom y Jeiel, los porteros.
1 Cronicas 15:20. Y Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maasías y Benaía, con salterios sobre Alamot.
1 Cronicas 15:29. Pero cuando el arca del pacto de Jehová llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y danzaba; y lo menospreció en su corazón.
1 Cronicas 16:5. Asaf el primero; el segundo después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; pero Asaf sonaba los címbalos.
1 Cronicas 17:9. Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,
1 Cronicas 17:17. Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios.
1 Cronicas 21:12. Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado.
1 Cronicas 28:10. Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla.
2 Cronicas 4:4. Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente: y el mar descansaba sobre ellos, y las anclas de ellos estaban hacia adentro.
2 Cronicas 6:19. Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oir el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.
2 Cronicas 10:16. Y viendo todo Israel que el rey no les había oído, respondió el pueblo al rey, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No herencia en el hijo de Isaí. ¡Israel, cada uno a sus tiendas! ¡David, mira ahora por tu casa! Así se fue todo Israel a sus tiendas.
2 Cronicas 17:8. Y con ellos a los levitas, Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías, y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram.
2 Cronicas 19:6. Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis: porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis.
2 Cronicas 19:7. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepcion de personas, ni admisión de cohecho.
2 Cronicas 20:24. Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.
2 Cronicas 23:13. Y mirando, vió al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompeteros junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra mostraba alegría, y sonaban bocinas, y los cantores con instrumentos de música dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Traición! ¡Traición!
2 Cronicas 33:6. Y pasó sus hijos por fuego en el valle de los hijos de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores: se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira.
Esdras 4:22. Y mirad que no seáis negligentes en esto; ¿por qué habrá de crecer el daño en perjuicio de los reyes?
Nehemias 6:6. en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey;
Nehemias 9:9. Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;
Job 6:19. Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes de Sabá esperaron en ellas;
Job 6:28. Ahora, pues, si queréis, miradme, Y ved si digo mentira delante de vosotros.
Job 7:19. ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?
Job 11:18. Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro.
Job 11:20. Pero los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio;Y su esperanza será dar su último suspiro.
Job 15:34. Porque la congregación de los impíos será asolada, Y fuego consumirá las tiendas de soborno.
Job 20:26. Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado los consumirá; Devorará lo que quede en su tienda.
Job 21:5. Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca.
Job 22:12. ¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
Job 28:24. Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto hay bajo los cielos.
Job 31:1. Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?
Job 31:26. Si he mirado al sol cuando resplandecía, O a la luna cuando iba hermosa,
Job 33:27. El mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado,
Job 33:28. Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.
Job 34:29. Si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;
Job 35:5. Mira a los cielos, y ve,Y considera que las nubes son más altas que tú.
Job 35:13. Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente.
Job 36:25. Los hombres todos la ven; La mira el hombre de lejos.
Job 37:21. Mas ahora ya no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,
Job 39:1. ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?
Job 40:11. Derrama el ardor de tu ira; Mira a todo altivo, y abátelo.
Job 40:12. Mira a todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta a los impíos en su sitio.
Salmos 9:13. Ten misericordia de mí, Jehová;Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,Tú que me levantas de las puertas de la muerte,
Salmos 10:14. Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano;A ti se acoge el desvalido;Tú eres el amparo del huérfano.
Salmos 11:7. Porque Jehová es justo, y ama la justicia;El hombre recto mirará su rostro.
Salmos 13:3. Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
Salmos 21:9. Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira;Jehová los deshará en su ira,Y fuego los consumirá.
Salmos 22:17. Contar puedo todos mis huesos;Entre tanto, ellos me miran y me observan.
Salmos 25:16. Mírame, y ten misericordia de mí,Porque estoy solo y afligido.
Salmos 25:18. Mira mi aflicción y mi trabajo,Y perdona todos mis pecados.
Salmos 25:19. Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,Y con odio violento me aborrecen.
Salmos 34:5. Los que miraron a él fueron alumbrados,Y sus rostros no fueron avergonzados.
Salmos 37:37. Considera al íntegro, y mira al justo;Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
Salmos 40:4. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Salmos 45:10. Oye, hija, y mira, e inclina tu oído;Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
Salmos 48:13. Considerad atentamente su antemuro,Mirad sus palacios;Para que lo contéis a la generación venidera.
Salmos 49:14. Como a rebaños que son conducidos al Seol,La muerte los pastoreará,Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana;Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.
Salmos 49:15. Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,Porque él me tomará consigo. Selah
Salmos 50:3. Vendrá nuestro Dios, y no callará;Fuego consumirá delante de él,Y tempestad poderosa le rodeará.
Salmos 55:18. El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,Aunque contra mí haya muchos.
Salmos 56:6. Se reúnen, se esconden,Miran atentamente mis pasos,Como quienes acechan a mi alma.
Salmos 59:4. Sin delito mío corren y se aperciben.Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Salmos 63:2. Para ver tu poder y tu gloria,Así como te he mirado en el santuario.
Salmos 66:18. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,El Señor no me habría escuchado.
Salmos 69:16. Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;Mírame conforme a la multitud de tus piedades.
Salmos 72:14. De engaño y de violencia redimirá sus almas,Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
Salmos 74:20. Mira al pacto,Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
Salmos 76:10. Ciertamente la ira del hombre te alabará;Tú reprimirás el resto de las iras.
Salmos 80:14. Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora;Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,
Salmos 84:9. Mira, oh Dios, escudo nuestro,Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
Salmos 85:11. La verdad brotará de la tierra,Y la justicia mirará desde los cielos.
Salmos 86:16. Mírame, y ten misericordia de mí;Da tu poder a tu siervo,Y guarda al hijo de tu sierva.
Salmos 91:8. Ciertamente con tus ojos mirarásY verás la recompensa de los impíos.
Salmos 92:11. Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
Salmos 104:32. El mira a la tierra, y ella tiembla;Toca los montes, y humean.
Salmos 106:44. Con todo, él miraba cuando estaban en angustia,Y oía su clamor;
Salmos 109:25. Yo he sido para ellos objeto de oprobio;Me miraban, y burlándose meneaban su cabeza.
Salmos 112:10. Lo verá el impío y se irritará;Crujirá los dientes, y se consumirá.El deseo de los impíos perecerá.
Salmos 113:6. Que se humilla a mirarEn el cielo y en la tierra?
Salmos 119:18. Abre mis ojos, y miraréLas maravillas de tu ley.
Salmos 119:132. Mírame, y ten misericordia de mí,Como acostumbras con los que aman tu nombre.
Salmos 119:153. Mira mi aflicción, y líbrame,Porque de tu ley no me he olvidado.
Salmos 119:159. Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos;Vivifícame conforme a tu misericordia.
Salmos 121:3. No dará tu pie al resbaladero,Ni se dormirá el que te guarda.
Salmos 121:4. He aquí, no se adormecerá ni dormiráEl que guarda a Israel.
Salmos 123:2. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores,Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora,Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios,Hasta que tenga misericordia de nosotros.
Salmos 130:3. JAH, si mirares a los pecados,¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
Salmos 130:8. Y él redimirá a IsraelDe todos sus pecados.
Salmos 133:1. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso esHabitar los hermanos juntos en armonía!
Salmos 134:1. Mirad, bendecid a Jehová,Vosotros todos los siervos de Jehová,Los que en la casa de Jehová estáis por las noches.
Salmos 138:6. Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,Mas al altivo mira de lejos.
Salmos 141:8. Por tanto, a ti, oh Jehová, Señor, miran mis ojos;En ti he confiado; no desampares mi alma.
Salmos 142:4. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.
Proverbios 6:6. Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;
Proverbios 7:6. Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,
Proverbios 14:15. El simple todo lo cree; Mas el avisado mira bien sus pasos.
Proverbios 15:3. Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.
Proverbios 20:8. El rey que se sienta en el trono de juicio, Con su mirar disipa todo mal.
Proverbios 23:33. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades.
Proverbios 24:12. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.
Proverbios 25:7. Porque mejor es que se te diga: Sube acá, Y no que seas humillado delante del príncipe A quien han mirado tus ojos.
Proverbios 27:18. Quien cuida la higuera comerá su fruto, Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.
Proverbios 27:23. Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y mira con cuidado por tus rebaños;
Eclesiastes 2:12. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.
Eclesiastes 7:13. Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?
Eclesiastes 11:4. El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.
Eclesiastes 12:3. cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
Cantares 2:9. Mi amado es semejante al corzo, O al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías.
Cantares 4:8. Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; Ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, Desde la cumbre de Senir y de Hermón, Desde las guaridas de los leones, Desde los montes de los leopardos.
Cantares 6:13. Vuélvete, vuélvete, oh sulamita; Vuélvete, vuélvete, y te miraremos. ¿Qué veréis en la sulamita? Algo como la reunión de dos campamentos.
Cantares 7:4. Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco.
Isaias 5:12. Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.
Isaias 5:27. No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias.
Isaias 5:30. Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.
Isaias 8:22. Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.
Isaias 9:6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaias 10:18. La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota.
Isaias 13:8. y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.
Isaias 13:14. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.
Isaias 13:21. sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones;allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes.
Isaias 17:2. Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante.
Isaias 17:7. En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
Isaias 17:8. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol.
Isaias 18:3. Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad.
Isaias 18:4. Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la siega.
Isaias 20:6. Y dirá en aquel día el morador de esta costa: Mirad qué tal fue nuestra esperanza, a donde nos acogimos por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria; ¿y cómo escaparemos nosotros?
Isaias 22:8. Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque.
Isaias 22:11. Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.
Isaias 23:13. Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.
Isaias 26:10. Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.
Isaias 26:11. Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.
Isaias 28:4. Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira, se la traga tan luego como la tiene a mano.
Isaias 29:14. por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.
Isaias 31:1. ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!
Isaias 31:8. Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios.
Isaias 33:11. Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá.
Isaias 33:20. Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.
Isaias 36:18. Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?
Isaias 37:17. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
Isaias 38:12. Mi morada ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi vida; me cortará con la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche.
Isaias 40:26. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.
Isaias 42:18. Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver.
Isaias 45:22. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Isaias 49:18. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.
Isaias 51:1. Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
Isaias 51:2. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.
Isaias 51:6. Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.
Isaias 60:4. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.
Isaias 63:15. Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado?
Isaias 64:9. No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
Isaias 66:2. Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Jeremias 1:10. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Jeremias 2:10. Porque pasad a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante a esta.
Jeremias 2:23. ¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino,
Jeremias 5:1. Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré.
Jeremias 5:3. Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.
Jeremias 5:14. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá.
Jeremias 6:16. Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.
Jeremias 17:27. Pero si no me oyereis para santificar el día de reposo, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.
Jeremias 18:19. Oh Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo.
Jeremias 20:10. Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.
Jeremias 21:14. Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está alrededor de él.
Jeremias 22:23. Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!
Jeremias 24:5. Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien.
Jeremias 30:6. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.
Jeremias 40:4. Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velaré por ti; pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; vé a donde mejor y más cómodo te parezca ir.
Jeremias 46:5. ¿Por qué los vi medrosos, retrocediendo? Sus valientes fueron deshechos, y huyeron sin volver a mirar atrás; miedo de todas partes, dice Jehová.
Jeremias 48:19. Párate en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido?
Jeremias 49:27. Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las casas de Ben-adad.
Jeremias 51:52. Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.
Jeremias 51:57. Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
Lamentaciones 1:7. Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída.
Lamentaciones 1:9. Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin; Por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
Lamentaciones 1:11. Todo su pueblo buscó su pan suspirando; Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida.
Lamentaciones 1:12. ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.
Lamentaciones 1:20. Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé en gran manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó la muerte.
Lamentaciones 2:20. Mira, oh Jehová, y considera a quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
Lamentaciones 3:63. Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción.
Lamentaciones 4:16. La ira de Jehová los apartó, no los mirará más; No respetaron la presencia de los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos.
Lamentaciones 5:1. Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve nuestro oprobio.
Ezequiel 1:15. Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados.
Ezequiel 7:15. De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia.
Ezequiel 8:3. Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos.
Ezequiel 9:2. Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.
Ezequiel 11:1. El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales del pueblo.
Ezequiel 12:6. Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra; porque por señal te he dado a la casa de Israel.
Ezequiel 15:7. Y pondré mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi rostro contra ellos.
Ezequiel 17:6. Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó mugrones.
Ezequiel 20:28. Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron también su incienso agradable, y allí derramaron sus libaciones.
Ezequiel 20:47. Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte.
Ezequiel 23:47. y las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego.
Ezequiel 28:18. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
Ezequiel 29:16. Y no será ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.
Ezequiel 30:24. Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte.
Ezequiel 34:14. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
Ezequiel 34:25. Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.
Ezequiel 40:4. Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.
Ezequiel 40:6. Después vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió un poste de la puerta, de una caña de ancho, y el otro poste, de otra caña de ancho.
Ezequiel 40:44. Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte.
Ezequiel 40:45. Y me dijo: Esta cámara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que hacen la guardia del templo.
Ezequiel 40:46. Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová.
Ezequiel 42:15. Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor.
Ezequiel 43:1. Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente;
Ezequiel 44:1. Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el oriente; y estaba cerrada.
Ezequiel 44:5. Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, pon atención, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes; y pon atención a las entradas de la casa, y a todas las salidas del santuario.
Ezequiel 45:8. Esta tierra tendrá por posesión en Israel, y nunca más mis príncipes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a la casa de Israel conforme a sus tribus.
Ezequiel 46:1. Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo, y el día de reposo se abrirá; se abrirá también el día de la luna nueva.
Ezequiel 46:12. Mas cuando el príncipe libremente hiciere holocausto u ofrendas de paz a Jehová, le abrirán la puerta que mira al oriente, y hará su holocausto y sus ofrendas de paz, como hace en el día de reposo; después saldrá, y cerrarán la puerta después que saliere.
Ezequiel 46:19. Me trajo después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había allí un lugar en el fondo del lado de occidente.
Ezequiel 47:2. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.
Daniel 2:34. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Daniel 2:44. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
Daniel 3:27. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
Daniel 7:2. Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar.
Daniel 7:4. La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
Daniel 7:7. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.
Daniel 7:9. Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Daniel 7:11. Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.
Daniel 7:13. Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Daniel 9:18. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.
Oseas 3:1. Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.
Oseas 8:14. Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos, y Judá multiplicó ciudades fortificadas; mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual consumirá sus palacios.
Oseas 11:6. Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos.
Oseas 14:8. Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto.
Joel 2:3. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.
Amos 1:4. Prenderé fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad.
Amos 1:7. Prenderé fuego en el muro de Gaza, y consumirá sus palacios.
Amos 1:10. Prenderé fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios.
Amos 1:12. Prenderé fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra.
Amos 1:14. Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso;
Amos 2:2. Prenderé fuego en Moab, y consumirá los palacios de Queriot; y morirá Moab con tumulto, con estrépito y sonido de trompeta.
Amos 2:5. Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.
Amos 5:22. Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados.
Amos 6:2. Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos; ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su extensión es mayor que la vuestra,
Amos 6:14. Pues he aquí, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, levantaré yo sobre vosotros a una nación que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del Arabá.
Amos 8:3. Y los cantores del templo gemirán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera en silencio.
Abdias 1:12. Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.
Abdias 1:13. No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.
Abdias 1:18. La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho.
Miqueas 4:10. Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
Miqueas 7:7. Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.
Nahum 1:8. Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.
Nahum 2:8. Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira.
Nahum 3:13. He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos.
Nahum 3:15. Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como el langostón.
Habacuc 1:5. Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
Habacuc 2:15. ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!
Sofonias 2:7. Será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; en las casas de Ascalón dormirán de noche; porque Jehová su Dios los visitará, y levantará su cautiverio.
Sofonias 2:14. Rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias del campo; el pelícano también y el erizo dormirán en sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.
Sofonias 3:13. El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.
Zacarias 3:4. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.
Zacarias 4:2. Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él;
Zacarias 5:4. Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras.
Zacarias 5:5. Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale.
Zacarias 6:8. Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.
Zacarias 9:1. La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.
Zacarias 9:8. Entonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda, para que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos.
Zacarias 11:11. Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que miraban a mí, que era palabra de Jehová.
Zacarias 12:6. En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.
Zacarias 12:10. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
Zacarias 14:12. Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.
Malaquias 2:13. Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.
Mateo 5:28. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Mateo 6:26. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo 7:3. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Mateo 7:28. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
Mateo 8:4. Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Mateo 9:22. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
Mateo 9:30. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
Mateo 16:6. Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
Mateo 16:23. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Mateo 18:10. Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 19:26. Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Mateo 22:16. Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
Mateo 22:33. Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.
Mateo 24:4. Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Mateo 24:6. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Mateo 24:23. Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
Mateo 24:26. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
Mateo 27:55. Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,
Marcos 1:22. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Marcos 1:44. y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
Marcos 2:24. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito?
Marcos 3:5. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
Marcos 3:34. Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Marcos 4:24. Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís.
Marcos 5:32. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
Marcos 6:2. Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?
Marcos 8:15. Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
Marcos 8:24. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.
Marcos 8:25. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
Marcos 8:33. Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Marcos 9:8. Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.
Marcos 10:21. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Marcos 10:23. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
Marcos 10:27. Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
Marcos 11:11. Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.
Marcos 11:18. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.
Marcos 11:21. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
Marcos 12:14. Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
Marcos 12:41. Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
Marcos 13:1. Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Marcos 13:5. Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe;
Marcos 13:9. Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.
Marcos 13:21. Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis.
Marcos 13:23. Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
Marcos 13:33. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
Marcos 14:67. y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno.
Marcos 15:4. Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.
Marcos 15:35. Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
Marcos 15:40. También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé,
Marcos 15:47. Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían.
Marcos 16:4. Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.
Marcos 16:6. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.
Lucas 1:48. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Lucas 4:32. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.
Lucas 6:10. Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada.
Lucas 6:41. ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Lucas 6:42. ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
Lucas 8:18. Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.
Lucas 9:43. Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
Lucas 9:62. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Lucas 11:35. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.
Lucas 12:15. Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Lucas 17:3. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
Lucas 19:5. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Lucas 20:17. Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito:La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo?
Lucas 21:8. El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
Lucas 21:29. También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Lucas 21:34. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Lucas 23:35. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
Lucas 23:49. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
Lucas 24:39. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Juan 1:36. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
Juan 1:42. Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).
Juan 3:26. Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Juan 4:35. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Juan 5:14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Juan 7:26. Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo?
Juan 11:36. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Juan 12:19. Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.
Juan 13:22. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.
Juan 19:4. Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.
Juan 19:37. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Juan 20:5. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.
Juan 20:11. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
Juan 20:27. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Hechos 1:11. los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Hechos 2:7. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
Hechos 3:4. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.
Hechos 4:29. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
Hechos 5:35. y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres.
Hechos 7:31. Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:
Hechos 7:32. Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
Hechos 10:4. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
Hechos 13:40. Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:
Hechos 13:41. Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contare.
Hechos 17:23. porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
Hechos 20:28. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Hechos 23:1. Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy.
Hechos 27:5. Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia.
Hechos 27:12. Y siendo incómodo el puerto para invernar, la mayoría acordó zarpar también de allí, por si puediesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar allí.
Romanos 3:26. con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 11:22. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
1 Corintios 1:26. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
1 Corintios 8:9. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.
1 Corintios 10:18. Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?
1 Corintios 16:10. Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo.
2 Corintios 3:18. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 4:18. no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 10:7. Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
Galatas 5:15. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.
Galatas 6:11. Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano.
Efesios 5:15. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
Filipenses 2:4. no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Filipenses 3:17. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
Colosenses 2:5. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
Colosenses 2:8. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Colosenses 3:2. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Colosenses 4:17. Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.
1 Tesalonicenses 5:15. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.
2 Tesalonicenses 1:10. cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).
Hebreos 3:12. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
Hebreos 8:5. los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
Hebreos 11:13. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Hebreos 11:26. teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Hebreos 12:15. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Hebreos 12:25. Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
Santiago 1:25. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Santiago 2:3. y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
Santiago 3:4. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
Santiago 5:7. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
1 Pedro 1:12. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
1 Pedro 2:9. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
1 Juan 3:1. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2 Juan 1:8. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.
Apocalipsis 5:3. Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Apocalipsis 5:4. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Apocalipsis 6:1. Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.
Apocalipsis 6:3. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira.
Apocalipsis 6:5. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
Apocalipsis 6:7. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira.
Apocalipsis 15:1. Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.
Apocalipsis 19:10. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Apocalipsis 22:9. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.